Bellos paisajes manchegos, llenos de luz. Los pasteles de Feliciano Moya, en el Elisa Cendrero

El reconocido pintor Feliciano Moya expone estos días, en el Museo Elisa Cendrero hasta finales de enero, una muestra de 35 obras, 32 pasteles y 3 óleos, en su gran mayoría bellos paisajes impresionistas de La Mancha llenos de luz, de Las Tablas de Daimiel, de Fuencaliente…, algún bodegón, una temática por la que Moya siente gran predilección aunque a él se le conozca como paisajista manchego, y una bellísima aguamarina, entre otros.

En una entrevista concedida a Lanzadigital, Feliciano Moya, que cuenta con una amplia y dilatada trayectoria como pintor, reconocido con prestigiosos premios nacionales e internacionales, recuerda que desde hace 10 años ha centrado toda su atención en la técnica del pastel. De hecho, indica, pertenece la Asociación de Pintores Pastelistas Españoles (ASPAS), que tiene su sede en Oviedo, la más prestigiosa de cuantas existen y en la que recibió, el pasado año, la titulación de “pastelista cualificado”, si se puede decir así, y es miembro, también, de los Pastelistas en Périgord (Francia) .

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35 obras integran la exposición de Feliciano Moya que se puede contemplar en Elisa Cendrero hasta finales de enero /J. Jurado

“Quiero romper una lanza en favor del pastel, una de las grandes técnicas pero, desgraciadamente, muy desconocida, y mostrar lo que puede dar de sí este estilo, acompañándome de paisajes nuestros, de La Mancha, yo vivo aquí y, lógicamente, lo que me rodea es lo que inspira”, añade el artista.

Afirma que del pastel le atrae la espontaneidad, la frescura, “porque prácticamente desde que voy trazando el dibujo casi voy acabando la pintura, y yo que soy un poco nervioso esa inmediatez me permite ver la obra terminada en relativamente poco tiempo”, explica.

“Hoy en día hacer una exposición es cosa de locos”

“Hoy en día hacer una exposición es casi de locos, inviertes mucho tiempo, mucho dinero, y desde que empezó la crisis los resultados son nefastos”, así de contundente se ha mostrado Feliciano Moya quien indica que, desde hace 10 años, se ha dejado de comprar arte.

Bellos paisajes manchegos, llenos de luz, abundan en la obra de Feliciano Moya /J. Jurado

“Ahora mismo los pintores que exponemos sí se puede decir que es por amor al arte”, insiste este artista manchego quien añade que esta exposición le ha llevado más de un año prepararla, mucho tiempo y trabajo, mucho dinero, desvelos… “pero los resultados de las ventas son nefastos, los precios han bajado y aun así es muy difícil vender”, asegura.

Probablemente, la última exposición individual

“Creo que esta exposición, con este formato, grande, exclusiva, va a ser la última”, porque, asegura, “no merece la pena” porque al final no se cubren ni los gastos. “Y no estoy hablando sólo de Ciudad Real, con la crisis han cerrado muchas galerías”.

“Seguiré pintando pero a mi ritmo”, añade el artista quien asegura que no tiene pensado girar esta exposición por ninguna sala más. “Voy a hacer un lapsus de tiempo, voy a relajarme, a pintar a mi ritmo”, asegura.

Feliciano Moya maneja la técnica del pastel con brillantez /J. Jurado

Impresionismo

Feliciano Moya califica su obra de impresionista. “En mis obras, desde cerca, prácticamente no se ve nada, trazos discontinuos que, aparentemente, no tienen ni ton ni son, pero a medida que te alejas la retira del ojo te resume los colores y las formas, de tal modo que si se entornan los ojos es más real”, explica el pintor.

“Eso es, precisamente, lo que nos diferencia de otros estilos pictóricos”, añade Moya. Y eso es lo que se puede contemplar en esta magnífica exposición, un impresionismo lleno de luz muy característico de este gran pintor manchego.

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