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Lesiones, violencia de género y robos, los delitos que más se cometen en Ciudad Real

tuerto

Lesiones, peleas de cierta gravedad, violencia de género, robos y estafas por internet son los delitos que más se cometen en la provincia, según refleja la memoria de la fiscalía 2016.

El fiscal jefe provincial Luis Huete ha destacado el caso de un joven de Ciudad Real que dejó tuerto a otro de un puñetazo en una riña en un parque en la capital. Ocurrió en el año 2015, aunque el juicio y la sentencia condenatoria (a seis años de cárcel) es del año pasado.

Violencia de género

La violencia de género sigue sin dar tregua. El año pasado no hubo ninguna muerta en la provincia -en este ha habido dos asesinadas y tres hijos- pero se incoaron 715 procedimientos por este delito y se calificaron 572, incluidos delitos de lesiones, amenazas, coacciones, malos tratos y malos tratos habituales, “un núcleo muy importante de los delitos que hemos calificado son de violencia de género”, remata el fiscal jefe en la presentación de la memoria de la fiscalía relativa al año pasado.

Por cantidad los delitos contra el patrimonio son los que más se producen: hurtos, robos con fuerza y con violencia, estos últimos menos numerosos. De los datos 2016 Huete ha destacado el crecimiento “exponencial” del número de estafas por el uso de Internet, “cada vez es más frecuente que a través de anuncios online se vendan de forma simulada productos que luego no se entregan”.

Delitos de odio por racismo y política

La fiscalía también tramitó en 2016 algunos casos de delitos de odio, de carácter leve. Por racismo uno o dos y algunas peleas por motivos políticos, “no han sido muchos pero hemos tramitado dos procedimientos”.

Sobre casos de abusos sexuales a menores el fiscal dice que no hay tantos casos como podría parecer por los juicios que se han celebrado en el último año, “estamos hablando de un porcentaje de un 6 o un 7 por ciento, son llamativos e impactan mucho”, ha reconocido. En 2016 se habrán dictado unas siete sentencias de la Audiencia, sobre asuntos “muy complejos”, y sobre todo “de un tipo de delincuencia que no se puede prever”.

Huete también ha reconocido que se tarda bastante tiempo en juzgar este tipo de casos por la complejidad delictiva. Un ejemplo es el del sacerdote del seminario de Ciudad Real, cuyo auto de procesamiento está recurrido ante la Audiencia Provincial y hace casi dos años que salió a la luz. El cura sigue apartado de sus funciones, pero el caso ni se ha juzgado ni se ha sobreseido.

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