El juez Carmelo Ordóñez ha analizado de una manera muy particular, en su comparecencia ante los medios en el juzgado donde iba a celebrar una vista con las partes del concurso del aeropuerto, las posverdades colaterales surgidas en la última fase de un procedimiento que se inició hace casi ocho años.
Los rumores.- “Estamos en la Mancha, tierra de José Mota, de rumores, del malmetismo manchego”, ha indicado, a la vez que ha asegurado que “hay sombras oscuras y personas que desde el principio están interesadas y poniendo velas a San Antonio para que esto salga mal”.
El magistrado ha añadido que esta gente “oscura y resentida hace daño para que esto no vaya, y le importa poco su región, los puestos de trabajo y lo que pueda beneficiar a una comunidad tan necesitada de puestos de trabajo”.
La patraña más repetida, ha reiterado Ordóñez, es que los compradores “no tienen dinero”, un extremo, ha indicado, hasta ahora jurídicamente dispensado, pues sólo será exigible cuando esté ultimada la escritura, se entregue el 80% del dinero, posteriormente se complete al 100%, y se publique el auto de cancelación de cargas.
Pero el magistrado no tiene dudas sobre el final de un procedimiento exitoso, un convencimiento que ha justificado en base a los controles judiciales realizados desde la adjudicación provisional en abril de 2016.
Ordóñez ha destacado la inversión de siete millones de euros que CRIA ha realizado en inversiones, personal y contrataciones y que pone de manifiesto que la empresa “no se ha estado tocando las narices o ha estado dando dado largas”. De lo contrario, “estaríamos en otro punto”.
Pero el rumor que le ha hecho más daño al titular del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 y de lo Mercantil de Ciudad Real “y que todavía pulula por ahí” ha sido el de que su mujer había muerto de cáncer y que él había estado de baja por depresión (estuvo 5 meses retirado por enfermedad). “No me hace gracia”, ha subrayado, sobre todo porque lo ha lanzado “una persona seria”.
“Es como si dicen que un directivo de CRIA es un sinvergüenza y que está buscado por la DEA”, un rumor que hubiera provocado “que su inversor se hubiera fastidiado por falta de confianza”.
También ha comentado que todavía le llaman para ofrecerse como compradores, tal y como si el proceso judicial actual no tuviera efectos, por lo que ha defendido su profesionalidad y la pulcritud y transparencia de sus decisiones.
Con todo, Ordóñez ha instado a que “ya es hora de que en España seamos más optimistas y apostemos por algo beneficioso para la región”.