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Retiran la acusación de torturas e imputan coacciones a 3 guardias de Tomelloso

losguardiasyelrumano

La acusación contra tres guardias civiles de Tomelloso acusados por el cliente de un bar de haberlo torturado se desinfló este miércoles al final del juicio. La acusación particular, que ejerce desde 2014 el supuesto perjudicado, A.M., retiró en vista de las pocas pruebas la acusación de torturas y amenazas a los guardias, y mantuvo la de coacciones y lesiones.

Rubén Barrios, el abogado del acusado, entiende que los agentes “sobreactuaron” con A.M., al que echaron de un bar sin motivo, golpearon y después coaccionaron para que no les denunciara. Y se basa en el testimonio del acusado “verosímil y persistente en su incriminación”, alegó, y en un parte médico en el se documentan hematomas y “síndrome de estrés postraumático”.

Esta parte, que lleva tres años solicitando 17 años, rebajó la petición a 5 para cada uno de los agentes.

Julián González el abogado que defiende a los guardias se mostró satisfecho del cambio: “Siempre hemos dicho que la calificación era muy excesiva”. No obstante, esta parte pide la absolución y entiende que el denunciante, un inmigrante rumano con antecedentes por maltrato, ha incurrido en contradicciones en su declaración, denunció dos meses después de la supuesta agresión, y ha actuado por despecho. La camarera del bar, a la que estaba molestando según los guardias, era su expareja y él se sentía celoso por la buena relación de las mujer con los agentes.

La fiscalía, que en principio decía que en el caso podía existir una falta de lesiones, retiró esa conclusión y se sumó a la petición de la defensa.

Ocurrió en el bar siglo XX la noche del 16 de febrero de 2014. Según el denunciante él estaba en el local en el que trabajaba su excompañera sentimental, cuando llegaron cinco guardias uniformados y le dijeron que se marchara de allí, no les hizo caso, y se inició una bronca con ellos, hasta que lo sacaron del bar arrastras y le pegaron patadas y empujones (la acusación se centró al final en tres de ellos).

Los guardias explicaron que fueron al bar a tomar café y vieron a A.M. molestar a la camarera, a la que conocían de ir allí, por lo que “invitaron a salir” al denunciante, que no les hizo caso y discutieron.

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