Las acciones contra el cierre del Convento de las Concepcionistas Franciscanas Descalzas de Manzanares continúan en Manzanares. Cerca de 5.000 personas han firmado ya contra el cierre de este monasterio fundado en 1592 y ligado de forma estrecha a la población de Manzanares.
A través de la plataforma change.org 2.600 personas han firmado en apoyo a favor de la continuidad y la recogida a pie de calle ya supera las 3.000 rúbricas, ante el riesgo de cierre en junio por la falta de vocaciones. En la actualidad sólo viven tres monjas de clausura, pertenecientes a la Orden de la Inmaculada Concepción.
Fuentes de la Mesa Pro Convento, a la que pertenecen ciudadanos sensibilizados con el tema, destacan que la movilización “sigue viva”. Todas las semanas hay varias reuniones en las aulas del antiguo colegio del centro y muchas son las viviendas que han colgado de ventanas y balcones lazos azules, que recuerdan al hábito de las monjas.
El lazo azul también ha estado presente este sábado en una jornada de senderismo en la Sierra de Siles y la plataforma estará en la Gala de Sembradores 2018, que tendrá lugar esta noche en el Gran Teatro.
Este domingo habrá por la tarde un rosario en el Pradillo de las Monjas y el 26 de abril celebrarán el aniversario de la entrada de las primeras monjas al monasterio. Cabe destacar que en las últimas tres semanas, desde que saltó la noticia, ha habido más afluencia en las misas, sobre todo los fines de semana.
Aunque la plataforma no confirma si ha habido avances dentro de la orden religiosa para evitar el cierre, su funcionamiento indica que no ha habido cambios, porque si no su labor dejaría de tener sentido.
La Asociación de Alcohólicos Rehabilitados podría ver peligrar su sede
Entre las curiosidades del convento está la “escuela de pobres” que permaneció abierta, aunque con grandes interrupciones, desde 1774 a 1958. Fue la abadesa Sor María Manuela de San Luis Gutiérrez quien recibió del cardenal de la Sagrada Congregación de Negocios la aprobación.
Sor Jesús, Sor Sacramento y Sor Beatriz, la última monja que murió en este monasterio, fueron maestras del colegio, donde cada niña pagaba diez céntimos al mes por el agua que bebía. Además, en la actualidad las aulas están cedidas a la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados de Manzanares, que podría ver peligrar su lugar de encuentro de cerrar el convento.