El hermano de Jesús González apunta a un motivo económico como móvil del crimen

IMiguel González Borrajo, el hermano de Jesús González Borrajo / Clara Manzano

En declaraciones a los medios en una de las localizaciones donde los efectivos policiales han trabajado a lo largo de toda la mañana, González ha desvelado que existían unos pagarés que están en manos del juzgado por los que Cava debía a Jesús más de veinte mil euros.

“Ellos eran amigos y llegaron a ir juntos a Paraguay un mes antes”, aunque solo se conocían “de tres meses”, coincidiendo con el vencimiento de los pagarés. Su sospecha, ha comentado, “viene de allí, algo tenían”.

Con una sensación agridulce, por un lado por el fin de las investigaciones y el posible hallazgo de los restos de su hermano, y, por otro, por la pérdida de Jesús, Miguel González se ha mostrado confiado en los trabajos de la Guardia Civil, que ha estado trabajando durante los cuatro años desde que él presentó la denuncia por la desaparición.

“Ellos trabajan y no dicen nada, es lógico, es la única forma de que puedas avanzar, aunque la familia pensemos que no se hace nada”.

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La Guardia Civil ha utilizado equipos de actividades subacuáticas / Clara Manzano

Por ello, ha aplaudido “los días y días y días de trabajo” de los investigadores y se ha mostrado convencido de que “al final se va a hacer justicia”.

Miguel González llegó a Manzanares este miércoles sobre las 8:30 de la tarde, tres ser avisado por la Guardia civil, y media hora más tarde mantuvo una reunión con el capitán del operativo que le informó de los detalles y los avances de la búsqueda.

Por ello, a pie de campo y a pocos metros del pozo donde se estaban realizando las labores de búsqueda, ha mostrado su esperanza y la de toda la familia porque el caso se cierre aunque sea con el triste hallazgo.

“Primero por la persona que que ha desaparecido y luego por la familia”, ha comentado.

Sobre las primeras declaraciones en las que el principal sospechoso Antonio Caba acusó a los familiares de la muerte de Jesús, Miguel ha señalado que tenía una relación normal con su hermano y siempre que venía Manzanares comía con él.

De hecho, el 23 de junio de 2019, cuatro días después de la desaparición de Jesús, Miguel, que acababa de aterrizar de un viaje en el extranjero, se trasladó hasta Manzanares alertado por un amigo de su hermano, para indagar sobre el paradero de éste.

El día 26 presentó la denuncia.

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