Las tiendas de recambios de coches, sin culatas ni rótulas, están desabastecidas, aunque los talleres también han cerrado

La paralización económica a nivel internacional y nacional por la crisis sanitaria del coronavirus está afectando a todo tipo de sectores y subsectores productivos, sobre todo las cadenas de fabricación de herramientas para máquinas o vehículos.

Es el caso de las tiendas de recambios de coches, que en Ciudad Real, como en otros lugares del país, sufren desabastecimiento de algunas de sus piezas mecánicas, según ha trasladado a lanzadigital, como responsable de la Asociación de Empresarios de Automoción, Miguel Ángel Rivero.

“Aunque todo está parado, no podemos suministrar a los talleres piezas del motor porque, a nosotros no nos abastecen las líneas de fabricación”, ha explicado quien también es dueño de un negocio de recambios.

Entre sus fondos tienen filtros de aceite, baterías o pastillas de frenos, ha precisado, pero escasean piezas en caso de averías mecánicas como las culatas, los pistones, los amortiguadores o las rótulas. Son productos “que hay que encargar y que no te sirven porque hay desabastecimiento”.

Igualmente, como representante del colectivo de los autónomos (CEAT), se ha mostrado crítico con el Real Decreto del Gobierno y ha pedido medidas “realistas” para un sector que en la provincia representa el 85% del tejido empresarial.

Ha reconocido que el ámbito de la automoción “está totalmente parado”, mientras se mantiene mínimamente el servicio de los talleres (pueden estar abiertos) para “atender urgencias de personal médico o de camiones de bomberos”.

Diobacar
Imagen de archivo del taller Diobacar / Lanza

Nula actividad en los talleres

Fernando Romero, dueño de Dibaocar, la empresa conformada por el concesionario de Suzuki y un taller mecánico, es un ejemplo de esta inexistente actividad y, en declaraciones a lanzadigital, ha confirmado la crisis del sector y la falta de dinamismo, dado que “no hay clientes”.

Tiene cerradas sus instalaciones en el polígono de la carretera de Carrión, aunque atiende en el taller las urgencias, que apenas hay. En los últimos días, según cuenta, tan solo ha dado servicio “un par de rentings”, uno de ellos de un policía “que tenía que trabajar”.

Así, con el “movimiento mínimo, por no decir nulo, y el teléfono sin sonar” se ha visto obligado a presentar un ERTE para el despido temporal de sus trabajadores.

Romero también ha mostrado su incertidumbre con la sostenibilidad económica de sus empresas en el futuro medio. “Ahora no tenemos ingresos y hay que seguir haciendo frente a otros muchos gastos como el alquiler, luz, agua, y otros pagos”, ha lamentado, mientras que “tampoco sabemos qué va a pasar” cuando concluya el estado de alarma y se recupere la actividad.

 

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