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Los seducidos por el apasionante mundo de las setas se echan al monte

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Aníbal B.C.
Ciudad Real

La provincia de Ciudad Real es punto de encuentro para los seducidos por el apasionante mundo de las setas, que estos días se echan al monte en busca de preciados tesoros micológicos que degustar después en la mesa. Durante las próximas semanas se sucederán en toda la provincia numerosos encuentros micológicos que reúnen a expertos y aficionados al mundo de la setas.

Saceruela, Puebla de Don Rodrigo, Navas de Estena, Piedrabuena, Puertollano o Viso del Marqués son alguno de los lugares de concentración y peregrinación de los aficionados a las setas en la provincia de Ciudad Real.

Durante todo este fin de semana, Puebla de Don Rodrigo acoge una edición más de sus jornadas micológicas, que este año han reunido a más de doscientas personas.

Organizadas por el micólogo Valentín Rubio, las jornadas de Puebla de Don Rodrigo son un lugar de intercambio de experiencias sobre esta afición que cada vez cuenta con mayores seguidores.

Valentín Rubio atiende continuamente las consultas de los aficionados que se adentran en el conocimiento de las setas, a los que les explica cada detalle de los diversos tipos.

“La amanita caesárea o yema de huevo, que en México se conoce como yemita”, explica con todo lujo de detalles, “es una de las setas más apreciadas a la hora de comer y cuando la cocinas deja el plato manchado como si fuera una yema de huevo”.

Conocer si las setas son comestibles o no, si son venenosas o tóxicas, aprender a identificarlas por su cutícula, su sombrero, sus láminas o retículas son aspectos que se pueden aprender en este tipo de encuentros.

Oler las setas, advierte Rubio, también ayuda a identificarlas, aunque son tantas las variedades que se pueden encontrar que en algunos casos es necesario ayudarse del microscopio para saber qué tenemos.

Encontrarse con una seta tan especial como la hericium erinaceus conocida como 'barba de chivo' y catalogada en peligro de extinción, es una sorpresa para los micólogos más expertos.

Y para los que empiezan en el mundo de la micología no es menos sorpresa descubrir la torrendia pulchella, descubierta en 1901 en Inglaterra, un país donde ahora, curiosamente, no se encuentra. No menos sorprendente es descubrir la coprinus comatus, una seta con sabor a trucha y que era utilizada por Hitler para “hacer especial la tinta con la que firmaba y garantizar así la autenticidad de los escritos que enviaba”, explica Valentín Rubio.

Este micólogo se siente especialmente satisfecho de que haya jóvenes que se adentren en el mundo de las setas, entre ellos Rodrigo Márquez, de 16 años, que asegura a Lanza que su interés por setas y los hongos nació, precisamente, durante una jornada micológica.

Ya a los siete años sintió curiosidad por la micología y desde entonces no ha parado de ampliar sus conocimientos, lo que le ha llevado a formar parte de varios grupos de investigación.

Márquez asegura que las jornadas micológicas pueden ser, en muchos casos, la base de iniciación a la micología, y una oportunidad única para conocer el amplio catálogo de setas y hongos que se encuentran a lo largo de todo el país.

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