El alcalde de Manzanares, Julián Nieva, ha renovado por un año más el convenio de colaboración que el Ayuntamiento tiene con la Asociación Protectora y Defensora de Animales y Plantas de Manzanares Carea, en base al acuerdo tomado por la Junta de Gobierno Local y que cede la gestión del núcleo zoológico para animales abandonados. A la firma asistió el concejal responsable del área, Juan López de Pablo.
Según ha informado el Ayuntamiento en nota de prensa, el nuevo convenio aumenta la cuantía a recibir por Carea en 3.000 euros, hasta alcanzar los 11.000. “El Ayuntamiento vuelve a hacer un esfuerzo económico con esta ampliación y prórroga del convenio que tenemos, y lo hacemos conscientes de que es un dinero bien invertido, de que ellos también protegen la salud de la población, y de que colaboran para que no haya perros abandonados”, destacó Julián Nieva.
Tras las “inversiones importantes” realizadas por el Ayuntamiento en relación a la atención de animales abandonados, el alcalde puso en valor el trabajo de la protectora y calificó de “magníficas” las campañas de adopción que promueven.
Por su parte, la presidenta de Carea, Rosario Garrido, aclaró que estos fondos irán principalmente a sufragar gastos de alimentación y veterinario para los animales. Para la asociación la prórroga “significa mucho” con el fin de continuar su labor, ya que sin el apoyo del Ayuntamiento no podrían seguir adelante.
Nieva destaca el “buen funcionamiento” del parque canino
En otro orden, Nieva también recordó la responsabilidad que conlleva tener un animal en casa, “hay que amarles, cuidarles y protegerles”, y añadió que es obligación de todos “concienciarse” sobre ello. En la misma línea, Rosario Garrido pidió a la ciudadanía “respeto a los animales, que los lleven atados y, sobre todo, identificados”.
Además, el primer edil Nieva destacó el “buen funcionamiento” del parque canino puesto en marcha hace más de medio año, que con sus más de 2.500 metros cuadrados ha respondido a las expectativas. Además, insistió en la importancia de dar un buen uso a la instalación con el fin de favorecer la “buena convivencia” entre animales y personas.