Penitentes, músicos y fieles han inundado Manzanares durante las jornadas de Pasión de olor a incienso, marchas cofrades, pasos costaleros e historia patrimonial. Cientos de manzanareños ausentes han acudido en los últimos días a su encuentro con la tradición popular, las torrijas, el potaje y la imagen de Jesús del Perdón.
La procesión del Cristo Resucitado ha cerrado este domingo la Semana Santa manzanareña, en la que los pasos cofrades han alcanzado su másima vistosidad en el centro histórico de la ciudad. Con la nueva iluminación y tras la eliminación de barreras arquitectónicas en el casco antiguo, las calles Carmen y Monjas han regalado hermosas estampas. Tambien la Plaza de la Constitución, con la fachada del Ayuntamiento recién rehabilitada.
Todas las procesiones han transcurrido con normalidad y la masiva afluencia habitual, salvo la Procesión del Calvario de Cristo, que se suspendió por la previsión de mal tiempo y lluvia. Las imágenes del Cristo de la Buena Muerte, el Descendimiento y la Virgen del Traspaso tendrán que esperar al próximo año a hacer su salida triunfal.
En el Viernes Santo, sí que salió una hora después la Procesión del Santo Entierro, con el Cristo Yacente y la Virgen de la Soledad, pero acortó su recorrido por la calle Empedrada debido a la lluvia y al intenso viento.
Pasos procesionales
Junto a las míticas imágenes del Cristo de la Columna de Ortega Bru o el Divino Cautivo portado por costaleras, los vecinos pudieron además disfrutar en la Procesión del Silencio de los cánticos del coro Mansil Nahar, observar el nuevo estandarte de la Hermandad de Jesús del Perdón por el setenta y cinco aniversario de la llegada de la nueva imagen a Manzanares o adivinar la futura imagen del Cristo de la Salud para el barrio ferroviario de Divina Pastora.