Medio centenar de autobuses, procedentes de varias localidades de la provincia, han recorrido este miércoles las calles de Ciudad Real para protestar por “la falta de soluciones del Gobierno para el sector del transporte discrecional y turístico de viajeros”.
Con lemas como ‘Salvar el autocar’ y ‘También somos turismo’, este medio centenar de autobuses ha iniciado su ruta en el Quijote Arena, desde donde han recorrido diferentes calles y rondas de Ciudad Real, haciendo una parada en la Subdelegación del Gobierno, donde han entregado un escrito con las diferentes peticiones que el sector de transporte de viajeros ha hecho al Gobierno central a través de la Asociación de Empresas de Transporte de Viajeros por Carretera.
Para los autobuseros, la crisis provocada por la pandemia del COVID-19 ha situado al sector “al borde de la ruina” y consideran que serán uno de los sectores que más tardará en “alzar la cabeza”. El presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Transporte de Viajeros, Cándido Bravo, ha destacado que el sector se ha paralizado “al cien por cien” y la recuperación en este sector se prevé “muy lenta”, incluso se ha atrevido a decir que tardarán años en volver a la actividad normal y habitual.
Bravo ha señalado que, actualmente, los autobuses no tienen limitación de aforo, pero el problema radica en que “no hay nadie que quiera viajar”, ya que se han perdido los viajes escolares, las excursiones y todo lo que tiene que ver con el ocio “por miedo al contagio”.
“La salida de la crisis para el sector del transporte discrecional de viajeros va a ser muy lenta para nosotros. Tardaremos años en recuperarnos”, ha reconocido el presidente de la patronal provincial del sector, por lo que ha asegurado que “pedimos al Gobierno que nos tengan en cuenta”, ya que “ni tenemos trabajo ni lo vamos a tener pronto”.
La crisis causada por el COVID-19 ha dejado, en el caso de la provincia de Ciudad Real, a unas 300 familias sin ingresos económicos, según han informado los convocantes de esta protesta. A lo que se suman dos o tres centenares de familias dedicadas a empresas auxiliares, desde talleres mecánicos a repuestos, que también se encuentra al borde de la quiebra.