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El Atlético Tomelloso gana con el corazón

Conjurados

ATLÉTICO TOMELLOSO

2

AZUQUECA

1

Buyo, Luque, De la Hoz, Manu Monteagudo (Javi López 69’), Barea, Gascón, Luis Alberto (Ureña 56’), Loren, Gallego, Javi Fernández (Santi Cabeza 69’) y Chendo. Mendiola, Mimi, Dani Santos, Manu García y Nacho Pedraza- cinco inicial- Iván Quintín, Caio Alves, Rodrigo, Zamo y Kavi Alonso, Huerga, Néstor, Corral, Felipe, Brotons, Seubert, Conte, Del Olmo, Mario (Roberto Pérez 80’) y Oliva (Zamora 83’).
ÁRBITRO
Ruiz Alonso, del colegio castellano manchego. Amonestó por parte local a Manu Monteagudo, Luis Alberto y Loren, y por parte visitante a Brotón, Conte y Seubert.
GOLES
0-1. Min 37. Seubert. 1-1. Min 76. Javi López. 2-1. Min 83. Chendo.
INCIDENCIAS
Partido correspondiente a la vigésimo sexta jornada de liga del Grupo XVIII de Tercera División disputado en el Paco Gálvez de Tomelloso ante unos 500 espectadores. Mañana apacible y terreno de juego en malas condiciones.

 

El Atlético Tomelloso cumplió el guión de los últimos partidos; dominó buena parte del encuentro, fue de menos a más, volvió a saludar a los fantasmas de las derrotas y de las malas sensaciones y terminó poniendo contra las cuerdas a su rival. Pero el desenlace, sin lugar a dudas, fue bien distinto. Venció el equipo auriverde para volver, casi cuatro meses, a la senda de la victoria.

Pero no fue una victoria cualquiera. Fue ‘la’ victoria; la de la reacción, la del punto de inflexión, la medicina perfecta, la de poner fin a la mala racha, la de volver a sonreír. Y abrazarse. Y llorar. Era lo que más necesitaba el Atlético Tomelloso. Lo único que necesitaba. Tampoco necesitaba jugar bien ni rozar la perfección. Ni siquiera adaptarse al maltrecho césped del Paco Gálvez. Solo necesitaba ganar. Ganar y pasar página. Pero ganar. Solo ganar.

Y lo consiguió cuando apenas quedaban cartuchos por quemar, cuando nadie daba un duro por el equipo, cuando volvió a empezar perdiendo por enésima vez y cuando, de nuevo, la estrategia volvió a atizar a los de Darío. Como en el minuto 37 cuando Seubert, el mejor del Azuqueca, remató solo en la salida de un córner. Era la única ocasión del Azuqueca, pero la más clara. Y ahí, el delantero azudense, experto en esto del gol, no perdonó y la metió para dentro.

Entonces la depresión y la desesperación volvieron a conquistar a un equipo vulnerable, que necesitaba ganar y poner fin a esa pesadilla que ya duraba casi cuatro meses. Tras el paso por vestuarios, el equipo se conjuró, se curó las heridas y apuntó hacia la remontada. No perdió la cara al partido en ningún momento y tras las ocasiones falladas por Gallego, Luque o Javi Fernández, llegó la épica. La remontada.

Darío movió el banquillo y metió toda la carne en el asador. Tampoco había mucho donde elegir cuando todo el arsenal era de perfil ofensivo. Pero era jugársela a una carta. A todo o nada. Entonces salieron Javi López, Santi Cabeza y Ureña para formar un tridente de miedo en el ataque. O cuatro. O cinco. Porque del centro del campo para arriba, todo eran delanteros. Pero no quedaba otra.

Con 0-1 en el marcador, y cuando el partido entró en modo tedioso, llegó la operación remontada. Fue en apenas quince o veinte minutos, quizá los más brillantes del Atlético Tomelloso. Y es que a quince del final, Gascón dejó su puesto de defensa y tiró de corazón para subirse arriba. Entonces entró por el perfil izquierdo, visualizó la cabeza de Javi López y tiró de eso que él bien sabe; ‘Dónde puso el ojo puso el balón’ para poner un centro perfecto al segundo palo y rematar con todo. Era Javi López. El canterano. Ese delantero distinto.  Era el 1-1.

Entonces los auriverdes miraron al marcador para ver que había tiempo de sobra para lograr la remontada. Entonces el Azuqueca, tocado por lo últimos resultados, y tras hacer un ejercicio serio sobre el césped del Paco Gálvez, hincó la rodilla y perdió la cara al encuentro. Entonces, a siete del final, Chendo se puso el traje de héroe. Y el de la fe. Y en uno de esos balones divididos, peleó con todo un balón para ganar la partida a la zaga y plantarse ante Javi Alonso para poner el segundo en el marcador. Y el delirio en la grada.

Era la medicina perfecta, el punto de inflexión. Fin a una pesadilla. A la mala racha. Con esta victoria, el Atlético Tomelloso da un pasito al frente de cara a la permanencia y se pone el traje de la confianza para viajar a casa del líder sin complejos. Y sin miedos. Porque no hay mejor confianza que la seguridad que dan las victorias.

Resultados y clasificación

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