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Descubriendo a Santo Tomás de Villanueva, “el padre de los pobres”

Vellón y Camacho durante la charla

El párroco Eustaquio Camacho introdujo la conferencia incidiendo en que la figura del patrón de la parroquia, a pesar de tener una importancia relevante en la reforma de la Iglesia y en el Concilio de Trento, es muy desconocida. Camacho presentó al conferenciante, José Manuel Vellón, natural de Villanueva de los Infantes. Recientemente ordenado diácono, Vellón estudió Ingeniería de Caminos y trabajó ocho años en Málaga hasta entrar al Seminario Diocesano en 2011.

José Manuel Vellón —quien dijo que era un honor estar en esta parroquia y una responsabilidad hablar de Santo Tomás— comenzó refiriéndose a la Carta Pastoral del obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar, con motivo del cuarto centenario de la beatificación del patrón de la diócesis. Aseguró que actuando como Santo Tomás “todos podemos ser santos”, ser como el buen samaritano. Y es que en el santo de Infantes, “podemos encontrar todos un modelo a imitar”, fue austero en lo personal y entregó a los pobres todo cuanto tenía.

Fue un personaje muy importante, a todos los niveles, “paisano nuestro”, nacido en el Campo de Montiel. Vivió en una época apasionante, en los siglos XV y XVI, a pesar de la lejanía en el tiempo de mucha actualidad. Vellón explicó que entonces se clamaba por los vicios del clero, el absentismo de los obispos o el formalismo de la piedad. En ese sentido, Tomás de Villanueva (García Martínez para el siglo), explicó el conferenciante, quería darle nueva vida a la religión. De él han dicho —continuó explicando Vellón en su interesante charla— que ha sido el último padre de la iglesia Española, el arzobispo del Imperio, el padre de los Pobres, el San Bernardo Español o que fue modelo de obispos.

Santo Tomás de Villanueva se ligó a su pueblo, uniéndolo a su nombre (Villanueva de los Infantes), ciudad en la que vivió a pesar de haber nacido en Fuenllana, localidad cercana. En la capital del Campo de Montiel todavía se conserva su casa, señaló Vellón. Ya de niño cambiaba su ropa con los más pobres y les entregaba sus elementos. Su madre, cuando enviudó —siguió relatando el diácono— construyó un hospital para pobres en Infantes.

Vellón continuó con el relato de la vida del santo, apoyado por una presentación multimedia, explicando que fue el noveno matriculado en la Universidad de Alcalá, recientemente fundada por el Cardenal Cisneros y el primer santo salido de sus aulas.  Dejó su cátedra en Alcalá para ir a Salamanca a vestir el hábito de San Agustín, donde profundizó en su idea de la caridad y la austeridad. Fue nombrado prior de su convento y provincial, viajó a Sevilla Valladolid o Burgos. Tras renunciar al obispado de Granda, por obediencia accedió a dirigir la archidiócesis de Valencia en 1545, pero siempre se consideró un fraile agustino, continuó explicando el diácono.

En Valencia, sede que había estado más de un siglo sin obispo residente, tras convocar un sínodo fue rechazado por los canónigos por sus ideas avanzadas. En la ciudad del Turia fundó el primer seminario de toda la cristiandad. En 1555 muere absolutamente pobre (había regalado todo, hasta la cama donde yacía) en Valencia. Fue beatificado el 7 de octubre de 1618 por Pablo V y canonizado el 1 de noviembre de 1648 por Alejandro VI, señaló José Manuel Vellón para acabar una charla que recibió los aplausos del auditorio.

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