Icono del sitio

Cronos y Kairos

CRONOSYKAIROS 57164 7831

El tiempo ha sido siempre tema de reflexión y estudio filosófico y las diferentes lenguas tienen términos diferentes para expresar aspectos de ese transcurrir. En muchos idiomas no es lo mismo el tiempo cronológico (time) que el tiempo atmosférico (weather).

Tiempo y tiempo de gracia.

El tiempo cronológico (kρόνος) es el tiempo cuantitativo, el transcurso que podemos contabilizar y medir. El  Kairós ( καιρός, ) es un tiempo indeterminado en el que algo importante sucede. Hay tiempos especiales, singulares en los que ocurren acontecimientos peculiares o que tienen especial significación para cada persona. Si el tiempo tiene sus diferentes formas de decirse en diferentes lenguas también la historia tiene diferentes formas de decirse en relación con los contenidos de la misma.

Cada día los representantes políticos, los medios de comunicación, los pensadores, escritores y tertulianos hablan de acontecimientos históricos. Y es cierto porque todo acontece en el tiempo. La marcha de Wert, la rueda de prensa de la vicepresidenta del gobierno, las reflexiones de Montoro o Guindos, las explicaciones del ministro del interior, e incluso las apariciones del presidente del gobierno son históricas porque se producen en un día determinado a una hora concreta. Probablemente nada más, porque la importancia y la significación de sus presencias no van a representar, afortunadamente, nada en el desarrollo del futuro de nuestro país por más que quieran enfatizar la importancia de sus decisiones.

La forma suprema de felicidad y por consiguiente de bien es la que permite edificar sobre el tiempo de cada instante, una cierta tendencia a sobrepasar la efímera constitución. Ser es desear. Cada supuesto momento ontológico de la realidad humana es expresión de la tendencia que lo constituye. Ser es ser en el tiempo, discurrir, transferirse. Vivir no es sólo pensar, deliberar, sino elegir, preferir y esto es el principio de la praxis dice Lledó hablando de Aristóteles.

Tiempo de futuro.

Con los poemas épicos los griegos empezaron a sentir, al lado de su propio tiempo humano, configurado por la necesidad, otro tiempo, configurado por el destino, por el poder, por la amistad, por el honor, por el valor, por la prudencia, por la generosidad.

Se vence a un hombre, pero la gloria que arrastra en su caída, la areté que lleva consigo, el linaje que le ata al tiempo pasado, no perece con él; lo recoge la fama de aquel que lo ha vencido. Vencer a la muerte es vivir en la memoria. Por eso el horror que despierta en el guerrero el ultraje a su cadáver. La única posibilidad de superarla es lograr que ese hecho individual se integre en el espacio colectivo de la fama, de la memoria de los hombres. Aquiles tiene que elegir entre utilidad y generosidad, entre individualidad y solidaridad, el héroe se inclina hacia lo solidario, hacia la memoria como forma, paradójicamente superior de la mismidad. Es la cantidad de tiempo (plethos) lo que produce la energía.

En tiempos oscuros y casi miserables como los que vivimos, es bueno releer la filosofía y aspirar a configurar algo que pueda ser recordado en el tiempo como algo bueno para la comunidad.

Salir de la versión móvil