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Dónde estamos

Si nos formulamos tal pregunta, la respuesta no es tan fácil, ya que a estas alturas de vida el vértigo nos podría invadir directamente produciéndonos algún dolor de cabeza bastante molesto. Como nunca hemos escuchado a nuestro cuerpo, sobre todo cuando ha estado quejándose durante muchos años y no hemos puesto remedio a este asunto, quizá todo los que nos esté pasando ahora venga relacionado con viejas actitudes y pensamientos que no tenemos identificados como problemas causantes de tales molestias.  Pero no solo los síntomas físicos son señales a tener en cuenta para la actitud de cambio que se pide y tan necesaria, sino los vaivenes del ánimo que de repente, aparecen, se instalan en nuestra conciencia y no somos capaces de controlar, sin saber por qué se producen, incluso sin venir a cuento. Todo ello está relacionado con el ego del ser humano, que es bastante dañino, nos ha metido en una película conformando este tipo de sociedad enferma a la que todos pertenecemos. Sociedad enferma que, desde pequeñitos, ya nos dicta las normas, las formas, la didáctica, la pedagogía, la educación y el modelo a seguir, durante años. La creatividad, el arte y el amor no existen, solo conceptos sin alma. En el momento que no cumplimos las expectativas o si bien, las cumplimos porque no nos ha pasado nada, después de todo… qué es de nosotros cuando tenemos la tendencia a compararnos con los demás, nos han educado en la diferencia y en el juicio del modelo establecido. Pues amigos, es así, el vicio sigue perpetuándose durante el tiempo y el famoso matrix es la consecuencia de todo ello. Vivimos una realidad que nos está confundiendo, llena de obligaciones, prejuicios, manipulaciones, amor incondicionado, pero sin querernos nada. Si no nos queremos, no nos cuidamos, el ego aparece y es el verdadero responsable de la mayoría de los problemas que tenemos en la vida. Hacemos las cosas por y para los demás, nos hacemos amigos de los demás, estamos para los demás… todo por los demás, sin amor hacia uno mismo. Por lo que entiendo que las cosas deben cambiar. Tienes que experimentarlo tú, protagonista de tu vida y de tus circunstancias. Sin dramatizar, sin esperar nada a cambio, sin sufrir por todo el mundo, es el punto de partida en el que tienes que basarte para empezar de otra manera una nueva experiencia y satisfacción en ella. La felicidad siempre está dentro de ti y no fuera.

 

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