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Adictos al trabajo

Queridos lectores, muchas personas buscan en las drogas experimentar sensaciones que les produzcan cierto placer a riesgo de su propia salud y bienestar emocional. Pero nosotros, los psicólogos, estamos advirtiendo que una gran cantidad de trabajadores, cada vez en aumento, vienen desarrollando algún tipo de adicción sin sustancia tóxica, pero no por ello menos importante, simplemente al trabajo y a la actividad profesional. Ser trabajador siempre es una virtud, pero serlo en exceso, sin límites y tener un elevado compromiso con la empresa o con la suya propia, puede dar lugar a la adicción al trabajo y por tanto, a un tipo de riesgo social y psicológico bastante importante. Un rasgo importante que diferencia este tipo de adicción con respecto de otras es la especie de alabanza o refuerzo social que le produce al adicto su estado constante de estar enchufado a la obligación por encima de todo. Por lo tanto, este tipo de perfil siempre está bien visto por el entorno y es tremendamente peligroso para la persona que lo padece, no dándose cuenta del riesgo psicológico al que puede estar abocado. Riesgo para su salud psicológica en forma de ansiedad y problemas que van aflorando a esa vida llena de perfeccionismo y obsesión.  Grandes autores hablan de este tipo de adicción comparándola con la propia dependencia al alcohol. Este problema ha afectado en proporciones ganadoras al colectivo de los hombres más que al de las mujeres hace años. Actualmente, afecta por igual dependiendo más bien del rasgo de la personalidad del afectado/a que a otras variables analizadas. La afectación de estas personas tiene unos componentes tremendamente compulsivos relacionados con la sensación del deber cumplido y la posibilidad de evitar equivocarse, siendo un verdadero problema para ellos, aceptar tales circunstancias. La necesidad de tener el control, un gran déficit en la comunicación con sus iguales e incapacidad para poder delegar tareas a sus compañeros es la constante. Su autovaloración depende y está centrada siempre en el trabajo, ya que los resultados son los más importantes por encima de la calidad del mismo. Otro rasgo es la separación de la vida familiar y la obsesión por cumplimentar el protocolo diario que le hace sufrir enormemente. Advierto que es importante dar la voz de alarma e intentar que acudan a un profesional para tratar este grave problema. Siempre y cuando sea reconocido por el mismo. 

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