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Los regantes piden al Gobierno que dé más flexibilidad para cumplir los objetivos europeos de calidad del agua

Imagen del trasvase Tajo Segura

La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE) ha reclamado este martes al Gobierno que de más flexibilidad al colectivo para cumplir los objetivos de calidad de las masas de agua que dicta la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea y “medidas de calado” para concluir el plan de modernización de regadíos.

En el marco de una jornada técnica a la que ha asistido el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha señalado que a consecuencia del cambio climático hay un escenario de “incertidumbre” que obliga a adaptarse a unas circunstancias diferentes a las que se registraban hace casi 20 años cuando la normativa europea entró en vigor.

Así, asegura que el 89 por ciento de los regantes presenta ya un buen estado cuantitativo y casi el 75 por ciento presenta un buen estado químico debido a los “esfuerzos” de los países europeos para reducir el estrés de las masas hídricas, que gozan de buena salud en la mayoría de los casos.

De este modo, insisten en seguir avanzando en la calidad ambiental de las aguas y en ejecutar las medidas orientadas a que el 60 por ciento de las masas superficiales que aún tienen margen de mejora pueden garantizar un buen estado para todos los usos en plazos acordes a la realidad actual.

Los regantes consideran que la modernización de los regadíos como medida básica para reducir el consumo de agua, ya que el regadío concentra más del 60 por ciento de la demanda de agua. Por ello, piden “medidas de calado” orientadas a impulsar el cambio en las cerca de un millón de hectáreas “todavía” pendientes.

Además, apuesta por un plan director de regadíos ambicioso con líneas de inversión propias del Gobierno para poder realizar la modernización, de forma que la Dirección General de Desarrollo Rural, la Subdirección de Regadíos, la Dirección General del Agua y las Confederaciones Hidrográficas tengan también potestad para ejecutar proyectos.

También piden un segundo plan de choque que dinamice el ritmo de modernización, después de una década de parón en la mejora de superficies regables. La primera fase del Plan Nacional de Regadíos (2001-2008) permitió que más del 70 por ciento de la superficie adoptara sistemas de riego eficientes. Sin embargo, ahora reclaman una estrategia “eficaz” que permita culminar el proyecto “más allá de medidas cosméticas con mínimas inversiones”.

El presidente de Fenacore, Andrés del Campo, ha dicho que para evitar estos paréntesis “tan prolongados”, en materia hidráulica es “fundamental” que las políticas se diseñen con una visión largoplacista. Esto, en su opinión, solo se logrará si el agua se considera “un asunto de Estado” y se sella con un Pacto Nacional del agua.

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