Un “mayor peso” de lo “identitario” respecto al Siglo de Oro español, con miradas muy diferentes y una amplia perspectiva que incluye la mística, música, danza y picaresca, va a impulsar en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro su nuevo director, Ignacio García, que considera una “bendición del cielo” su elección y asegura que será continuista con lo que funciona como el Barroco Infantil, AlmagrOff y After Classics, al tiempo que incidirá en propiciar la llegada de producciones, tanto españolas como de cualquier otro país, inspiradas en los grandes autores hispanos.
Habrá menos Shakespeare y más Calderón, Lope y Cervantes, así como Agustín Moreto, autor “natural de Madrid pero manchego de adopción ya que vivió en varios lugares de La Mancha y falleció en Toledo”, de quien se conmemorará en la 41ª edición del Festival el 400 aniversario de su nacimiento.
Varios son los ejes temáticos sobre “la idea de la reinvención del mundo, de poder soñar, inventar e imaginar”, y del teatro como lugar desde el que propiciar una visión del mundo que se barajan para la próxima edición del Festival en la que parte de la programación estará relacionada con la celebración de los 800 años de la Universidad de Salamanca. Desde Lazarillo y La Celestina hasta El licenciado vidriera y La Cueva de Salamanca son muchas las obras estrechamente ligadas a la capital del Tormes, y, aunque García no puede aún adelantar títulos ni compañías, avanza que una de las líneas en la que el nuevo equipo del Festival está trabajando es en esta efeméride de la Universidad salmantina, donde, precisamente, también estudió Vicente Espinel, de cuya obra ‘Vida del escudero Marcos de Obregón’ se conmemora, así mismo, el 400 aniversario.
Director de escena y compositor, García ya tiene pensado la grabación de un fandango español del XVII con el que se recibirá a los espectadores en los espacios escénicos de un Festival como el de Almagro que califica como “el mejor del mundo” para que las compañías de cualquier parte del planeta representen teatro áureo y “una reserva natural del pensamiento y el teatro del Siglo de Oro”.
Una conexión con Iberoamérica “muy profunda e intensa” va a favorecer, a su vez, García, para quien las obras del Siglo de Oro siguen iluminando porque tratan de grandes valores, como la solidaridad, la compasión, la justicia, la prudencia y la nobleza de espíritu, que se deben reivindicar al igual que la poesía en un mundo tecnológico y poco poético como el actual en el que, no obstante, la comodidad y confort “no son todo en la vida. La profundidad de pensamiento, la poética y la reflexión profunda sobre por qué el ser humano es capaz de generar belleza son importantes y Almagro es un ecosistema maravilloso para eso”.