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Lozano: “Las Odiseas de nuestro siglo son las de los miles y miles de jóvenes Ulises que emigran y muchos de ellos dejan su vida en el camino”

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Para Antonio Lozano, autor de obras como ‘Me llamo Suleimán’ o ‘Los malditos’, es “muy grato, emotivo y un gran honor” recibir este sábado en el Teatro Municipal de Almagro el homenaje del Celcit en la inauguración del XVII Festival Iberoamericano de Teatro Contemporáneo.

Lozano recordó que Luis Molina y Elena Schaposnik, responsables del Celcit e impulsores del Festival en Almagro, les ayudaron hace 30 años en la creación del Festival del Sur-Encuentro Teatral Tres Continentes de la localidad de Agüimes, en Gran Canaria, y han colaborado activamente durante las tres últimas décadas en el desarrollo de este encuentro de las artes escénicas europeas, latinoamericanas y africanas. Por ello, tanto el Celcit como Luis y Elena son “muy especiales y queridos” para Lozano, que, así mismo, considera que son dos Festivales “hermanos” el canario y el almagreño, ya que suponen el encuentro de propuestas escénicas de latitudes diversas y en ambos juegan un papel fundamental la parte de convivencia e intercambio y las actividades paralelas.

Estos encuentros entre continentes y culturas son “absolutamente necesarios y más todavía hoy en día”, estima Lozano, para quien “el teatro latinoamericano está muy pegado a la realidad social, a lo que ocurre en el mundo y sus problemas”, mientras que el teatro en Europa “ha abandonado un poco ese carácter de crítica social”. A su juicio, es fundamental que el teatro siga sirviendo para analizar los grandes problemas que ocurren en el mundo, y considera muy positivo poner en contacto a las culturas entre sí en una época en la que, precisamente, “nuestras sociedades se van encerrando más en sí mismas. A Europa le está ocurriendo de una manera muy clara, cerrando todas sus fronteras, cuando la verdadera riqueza del ser humano y la cultura está en su diversidad y, por lo tanto, todo lo que sea abrir las puertas a nuevas culturas, nuevas maneras de ver el mundo, es algo que nos enriquece”.

Miles de personas

La emigración, que trata en sus obras ‘Me llamo Suleimán’ y ‘Los malditos’, es precisamente “uno de los grandes temas que tenemos que abordar hoy. Hay que tener en cuenta que hay miles y miles de personas que mueren cada año en el intento de llegar a otro lugar simplemente para lograr un derecho mínimo como es el de la alimentación, para poder comer todos los días. No es que vengan en busca de riqueza, sino simplemente de una alimentación que le niega un sistema absolutamente injusto y en unos países en los que las intervenciones en sus políticas y economía, por parte de las grandes potencias y especialmente de las antiguas potencias coloniales, están expoliando sus recursos naturales e imponiendo dictadores y regímenes que no favorecen a sus propios pueblos”.

Cuando se habla de emigración también hay que hablar de esto y tener en cuenta “los orígenes, el por qué, que es lo que está ocurriendo, lo que sucedió en el pasado y por qué hay seres humanos que tienen que tomar la decisión terrible de jugarse la vida para llegar a un país donde saben que no van a ser bienvenidos simplemente para intentar garantizar el sustento de los suyos”, apreció Lozano, para quien “las Odiseas de nuestro siglo son las que llevan a cabo estos chicos, estos miles y miles de Ulises, muchos de los cuales por desgracia dejan su vida en el camino”.

El XVII Festival Iberoamericano de Teatro Contemporáneo de Almagro se abrirá este sábado, a las 21 horas, en el Teatro Municipal con ‘Me llamo Suleimán’, obra en la que Lozano habla sobre “el viaje físico, del que tan poco hablamos y tan poco conocemos” que realizan los emigrantes, porque lo que “vemos son unas imágenes de televisión cuando han llegado a la valla de Melilla o de Ceuta, pero antes han tenido que cruzar nada más y nada menos que el Sáhara, y miles y miles han quedado sepultados bajo las arenas de ese desierto; o han tenido que cruzar el Atlántico para llegar a Canarias y ahí hay también miles de personas que han quedado sepultadas bajo las aguas del Atlántico”.

Contar cómo es ese viaje, que no es sólo el geográfico sino también el interior, es el objetivo de ‘Me llamo Suleimán’, obra sobre un niño de Mali que es una ficción basada en hechos reales ya que es lo que “le ocurre todos los días a miles de personas”.

Puesta en escena

Sobre la adaptación de su novela ‘Me llamo Suleimán’ al teatro, elogió la labor de Mario Vega como director de un montaje con “una puesta en escena maravillosa” que cuenta con música del maliense Salif Keita y un trabajo de animación, de dibujos animados, que apoya la narración de “una grandísima actriz” como Marta Viera.

Aunque la escribió para adultos, la novela se la pidió la editorial Anaya para “publicarla para jóvenes” y le pareció bien porque considera importante que este tema se aborde en los institutos. Precisamente, en muchos institutos se ha representado la pieza teatral ya que, aunque es para público general, conecta muy bien con los jóvenes  ya que el protagonista tiene su edad, “se identifican con él” y tiene los mismos sueños que cualquier joven en cualquier lugar del mundo pero en una situación complicada, indicó Lozano, para quien “el teatro también tiene que servir para hacernos ver la realidad, despertar un poco las conciencias y hacer que las cosas cambien” a mejor, de manera que “si no quieren cambiarlas los que mandan que por lo menos los ciudadanos lo intenten”.

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