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Puesta de largo para Primer Acto con el estreno de ‘Ñaque o de piojos y Actores’

Una escena de Ñaque o de piojos y actrices

Este es el texto elegido por la veterana compañía de teatro para continuar su andadura, manteniendo así su compromiso de acercar el teatro a su público, ofreciendo diversidad, conocimiento y compromiso.

Dos pícaras: Ángeles Jiménez en el papel de Ríos y Mª Eugenia Moya como Solano; que de la mano de Javier Mogán, director, juegan al meta-teatro de Sanchís. Con destreza, saber hacer y tablas, las actrices logran que el espectador empatice con la picaresca, la necesidad, la vulnerabilidad del actor, la importancia del texto sin adorno y la escucha activa del público.

Ñaque se inicia con un diálogo con los espectadores, desde el primer momento en el que se le interpela: “¿por qué están aquí….? en el teatro”, al mismo tiempo que se pone de manifiesto la soledad del actor, sus miedos y sus necesidades, sus motivaciones y el valor de la actuación sin artificio, invenciones o novedades.

Un público al que se le incita a un intercambio de papeles, a pasar de la mera escucha a la acción, momento en el que las actrices asumen la posición de mirar y escuchar y esperan a que el público interprete; unos segundos en los que los espectadores experimentan el miedo al vacío y ponen en valor el trabajo del actor.

Con esta puesta en escena, Primer Acto da una vuelta de tuerca a la obra, interpretada por dos mujeres, hecho imposible en su época, al mismo tiempo que ilustra a los asistentes en los diferentes tipos de representantes de la época, así como maneras de las representaciones: un poco de un auto, un entremés, recitan unas loas y algún romance.

Ñaque, dos actrices de Primer Acto Teatro, que no llevan sino una barba de zamarro, tocan el tamborino y cobran a ochavo.

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