En un mes el CD Manchego ha pasado de rozar el descenso a convivir en la mitad de la tabla y en una situación tranquila, a nueve puntos del abismo. Sus cuatro victorias consecutivas han otorgado al equipo no solo ese oxígeno que deseaba, sino también un optimismo muy grande que el míster Sergio Inclán ha tratado de relativizar y disminuir. “Tenemos que seguir teniendo claro de dónde venimos y lo que nos ha costado llegar hasta aquí. Ahora no nos debemos agrandar. Nos ha costado sangre, sudor y lágrimas y ahora no nos podemos dormir. No podemos olvidarnos de lo que nos ha llevado al éxito”, avisó el entrenador.
Con ese mensaje de evitar despistes que pueden conducir de nuevo a complicaciones, Inclán considera que esta nueva jornada que llega, la 28ª del campeonato, puede ser importante. Pero la primera premisa es, por supuesto, ganar en Marchamalo. “Hay enfrentamientos directos como el Almagro-Almansa y el Atlético Tomelloso-Quintanar, luego si logramos los tres puntos, daríamos un paso de gigante”, dijo el técnico. Eso sí, en este sentido también mantuvo mucho la prudencia, porque el rival “está ahora consiguiendo buenos resultados (lleva seis jornadas sin perder). Ganar será díficil, porque es un equipo solvente en la categoría, con un grupo de jugadores que se conocen bien de jugar mucho tiempo juntos. Creo que el partido se decidirá por detalles”.
Salvo contratiempo en los últimos entrenamientos, la única baja que presentará el CD Manchego en Marchamalo será la de Jesute, sancionado por acumulación de amonestaciones.
Recuerdo a Quini
Sergio Inclán tuvo un recuerdo para su paisano Enrique Castro Quini, fallecido el pasado martes de un infarto a la edad de 68 años. “Era especial, llegaba a la gente”, señaló el entrenador del Manchego, que contó haber tenido un par de conversaciones con el legendario delantero “y era entrañable, muy cercano y nunca tuvo problemas con nadie. Que su funeral en Gijón haya sido como el de un jefe de Estado dice mucho”, concluyó.