Y el año 2019 como otrora hicieran todos los que le precedieron sabiéndose condenado pronto al olvido, enmudece. Apura en silencio sus últimos momentos. Y sin pronunciar palabra, en el reverso de la última hoja del último día les ofrece una página en blanco. Y es que en esta vida, todo, hasta la última hoja del calendario tiene una doble cara.
Uno de ellos se da cuenta y como buen filósofo comenta. ¿Qué sentido tendrá esta página en blanco? Si el año se acaba el reverso de esta última hoja debería suprimirse, está de sobra porque no contiene nada y mañana ya será otro año. Sin embargo no podemos arrancarla, sin ella este día no existiría. ¿Qué sentido tendrá algo que no representa sino el fin? Otro del grupo con mentalidad positiva le responde, no pierdas el tiempo pensando en lo que se acaba con certeza, su muerte es tan invariable como inevitable.
Pero el año que acaba viendo que una vez más ignoran el sentido de esa página no resiste más la tentación y les susurra: No seáis necios, escribid, dibujad, calculad, planead, amad, pensad mejor y más intensamente sobre ella; esta es vuestra página, la que acaba con vuestro pasado, con lo que habéis vivido y sido, pero también la que os ofrece la posibilidad de que plasméis lo que aún os resta por hacer, de lo mucho que os queda aún por ser; de suscribir todos los proyectos, deseos e ilusiones del futuro.
Y ya que la vida os trató tan bien y sois unos privilegiados, os ofrece también la ocasión de colaborar a que el mundo sea más justo y equitativo, mucho más veraz, más profundo y sobre todo mucho, mucho más humano; a ser como el año que comienza, hombres nuevos. Que si eso lo dejáis para mañana ya habréis perdido un día, todo un día, el primer día del nuevo año 2.020.
¡Feliz año nuevo!