El Palacio de Torremejía se convertirá en un referente museístico de la pintura mural del siglo XIX

La pintura mural de papel japonés con escenas chinescas de una de las estancias superiores del Palacio de los Marqueses de Torremejía de Almagro es el más valioso tesoro emergido en las obras de restauración de este histórico inmueble, impulsadas por su propietario y promotor cultural mexicano Mauricio Fernández.

Es una de las joyas artísticas descubiertas, junto a otros elementos arquitectónicos, que este jueves han destacado los expertos que están al frente de la rehabilitación iniciada hace tres meses en el bello conjunto renacentista.

El proyecto ha sido presentado a los medios esta mañana en la sede del palacio, ahora en plena fase de recuperación, cuya culminación está prevista dentro de un año y medio, tras la conversión de sus estancias en dos museos y un complejo hostelero todavía sin definir.

El palacio de finales del siglo XV ha sido remodelado puntualmente, según la funcionalidad de cada propietario, como la orden de los Dominicos, que lo usó como un colegio de niñas desde los años 70 del siglo XX, y que ahora ha vendido por alrededor medio millón de euros a Mauricio Fernández.

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Imagen de la pintura mural de papel japonés con escenas chinescas / J. Jurado

El mecenas priorizará, según ha dicho, el uso cultural frente a destinos habitacionales o comerciales, por lo que proyectará un primer espacio museístico visitable en las estancias superiores que guardan las pinturas murales encargadas por los marqueses, a gusto de las modas del siglo XIX, que pondrá en valor el carácter único que tiene el conjunto de las escenas chinescas por haber sido instalado ‘in situ’.

Será un reconocimiento del nuevo dueño a la noble familia, y se completará con otras colecciones de arte popular mexicano y de paleontología, dado que el también político mexicano es un gran coleccionista de piezas y restos de animales que habitaron la tierra en épocas ancestrales.

Fernández priorizará el uso museístico frente a los destinos habitacionales o comerciales/ J. Jurado

Otros murales representan antiguas embarcaciones, imágenes con motivos coloniales, y otras estampas de estilo pompeyano.

Las pinturas se reparten por cuatro habitaciones y para hacerlas visibles, los expertos están retirando las varias capas de papeles con las que se habían tapado, en una tarea supervisada y pautada por el restaurador mexicano Manuel Serrano.

Fernández ha celebrado la excelente conservación del palacio renacentista, “rarísimo en España”, que alberga “el mejor techo de palillos de España”, y que compró por consejo del profesor de Historia del Arte de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Enrique Herrera, presente en el acto, y del exrector de esta institución, Luis Arroyo Zapatero, ambos amigos personales del mexicano.

Imagen de las obras del patio porticado / J. Jurado

Los inicios del proyecto han sido relativamente fáciles, ha comentado el propietario, a tenor de la excelente preservación del edificio que le dio la presencia de familias y estudiantes en los últimos años, una habitabilidad totalmente “positiva”.

Estos habitantes no destruyeron piezas originales de los siglos XV y XVI, que ahora están saliendo a la luz con el remozamiento, pero sí superpusieron elementos funcionales que mejoraran su bienestar.

Por ello, la primera fase se ha centrado en “en un esfuerzo” por la limpieza, que ha supuesto la evacuación de más de un centenar de camiones con restos de tapiales o falsos techos y también ha servido para descubrir “verdaderas joyas artísticas” en un entorno “que es un diamante sin pulir”.

Restaurar y conservar

E arquitecto que dirige las obras, Federico Pérez Parada, ha presentado las diferentes fases del proyecto, que está “vivo”, destinado “a restaurar y conservar” el histórico inmueble. A través de fotografías y planos ha evidenciado el avance de la intervención, que cuenta con los permisos y licencias preceptivos para cada paso, autorizados por la Comisión de Cultura y el Ayuntamiento de Almagro.

El desarrollo del proyecto se inició, ha explicado, tras un levantamiento topográfico y ha seguido en la primera fase con la recuperación del patio de trazas árabes porticado y la zona noble, en la parte más ancha del palacio, donde se habilitarán las estancias privadas de Fernández y otras zonas de servicios.

En posteriores etapas se actuará en la recuperación de la galería del primer piso que dará paso a la zona museística, en la zona de las caballerizas y un antiguo gran corral, donde podría levantarse un restaurante de lujo, incluso un pequeño hotel, o en la capilla de la monjas dominicas cuando habitaron el edificio el siglo pasado para gestionar una escuela hogar de niñas.

Edificio vivido

Enrique Herrera, por su parte, ha hecho un resumen de la historia del palacio y sus edificaciones posteriores desde finales del siglo XV y principios del siglo XVI, como la anexión en el siglo XVII del antiguo Hospital de las Ánimas y el derribo de un torreón en el este del edificio.

En un palacio “vivido” y con “muchas metamorfosis” decorativas, como los valiosísimos murales neoclásicos pintados en seco, que después fueron cubiertos por otros papeles domésticos.

El conjunto, que ocupa una manzana y cuenta con más de 2.500 metros cuadrados de superficie entre sus dos plantas, se levanta en uno de los puntos más señoriales de la localidad, con su acceso principal a la Plaza de Santo Domingo, donde también concurren el Palacio de Valdeparaíso y la Casa del Capellán.

“Muchos mauricios”

El alcalde Daniel Reina, también presente, ha mostrado su satisfacción por el completo proyecto de restauración y ha deseado que lleguen “muchos Mauricios” a Almagro, con bellos conjuntos arquitectónicos a la venta que conforman un patrimonio “en riesgo de desaparecer”.

 

 

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