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El Sescam pagará 112.700 euros por un error en el diagnóstico de un cáncer en Criptana

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El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) indemnizará con 112.734 euros a una familia de Campo de Criptana (viuda y tres hijos) por un error en el diagnóstico de un cáncer de próstata al marido y padre, A.L.M.D., que murió en 2014 de un tumor en fase terminal.

Según considera probado la sentencia, del juzgado Contencioso número 2 de Ciudad Real, “nos encontramos con un error y retraso injustificable en el diagnóstico del cáncer de próstata”. De  los diferentes informes que constan en el procedimiento, varios de ellos relativos al índice PSA en análisis de sangre, queda claro que no se tomaron las medidas preventivas a tiempo. Este índice no es determinante de cáncer, pero aporta un indicio que exigía la biopsia y la derivación para su investigación a un especialista que nunca se produjo.

Asociación Defensor del Paciente

“A este hombre, de 67 años cuando empezó con las molestias, no le diagnosticaron lo que tenía en el Sescam y eso que fue 25 veces a urgencias, tuvo que acudir a la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, cuando el tumor ya estaba en una fase terminal”, explica el abogado Francisco Javier Fernández-Bravo, que ha llevado el caso a través de la asociación Defensor del Paciente de Castilla-La Mancha.

Al fallecido A.L.M.D se le detectó en un análisis rutinario en su centro de salud en el año 2011 un límite de PSA muy elevado, con posterior revisión a los seis meses, pasados los cuales se le diagnosticó hiperplasia benigna de próstata (y eso sin que le derivase al Servicio de Urología del Hospital La Mancha Centro hasta 9 meses después).

Hasta 25 veces a urgencias

Después de eso, ya entre 2011 y 2012, el paciente acudió en 25 ocasiones según el abogado a los servicios de urgencias del hospital. A mediados de 2012 fue atendido por el Servicio de Urología, pero tampoco se dio importancia a los hallazgos analíticos, ni se solicitó una simple biopsia transrectal. “Hubo una concatenación de errores y omisiones que dilataron el diagnóstico hasta septiembre de 2013 cuando, desesperado, acudió a la Fundación Jiménez Díaz (Madrid) donde le diagnosticaron cáncer de próstata en fase terminal”.

Fernández-Bravo recalca que de haber remitido al enfermo a un especialista para que se le hiciese un seguimiento y tratamiento específico en el momento oportuno “se hubiera evitado el fallecimiento, hecho que hace evidente la impericia cometida en el presente caso”.

La sentencia, de septiembre de este año, ya es firme, de hecho la familia ya recibido la indemnización.

 

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