Arte contra el calor

Ciudad Real, 31 de julio. Plaza Mayor. 40 grados a la sombra y hablamos de pololos, enaguas, telas de lana… ¿Le das algo de calor solo pensarlo verdad? Por eso desde el principio uno de los complementos imprescindibles de las dulcineas, damas, pandorgos y acompañantes de pandorgos, son algo tan español como los abanicos.

Y es que, aunque la historia del abanico se remonta al imperios como el egipcio o el griego y el plegable como hoy lo conocemos fue inventado por un chino en el siglo VII, en el siglo XVIII se crea la Real Fábrica de Abanicos la cual convirtió a España en uno de los primeros productores de abanicos del mundo, rivalizando con italianos y franceses.

En un principio, el abanico fue de uso tanto del género femenino como masculino, llevando los hombres pequeños ejemplares en el bolsillo, aunque en el siglo XX se vuelve exclusivo de las mujeres mientras que en la actualidad vuelve a cambiar y ya no es infrecuente, ver a unos y a otras utilizando de forma indistinta la que es una de las armas para compatir los rigores de la canícula manchega.

Lo que sí ha cambiado desde hace unos años es que las representantes del pueblo manchego ya no llevan decorados sus abanicos con motivos ajenos a la fiesta -principalmente flores, filigranas o encajes- sino que son puramente manchegos gracias al talento y al arte de Amparo Blázquez.

Blázquez, valenciana afincada en nuestra ciudad -y conocedora de nuestra provincia gracias a que la recorre para llevar su arte a cualquier sitio donde se reconozca-, es la responsable desde hace varios años de los abanicos que lucen las dulcineas y damas y que son diseños exclusivos realizados a conjunto con las telas de sus vestidos.

Abanicos abrir
Amparo Blázquez empezó a pintar estos complementos que diseña sobre distintos tipos de abanicos / J. Jurado

“Cuando llegan las dulcineas o las damas, o cualquier otra persona que tenga su traje de manchega, lo primero que hago es preguntar por los colores de su falda o pedirles una fotografía de la tela para que sus abanicos, siempre únicos porque jamás diseño dos iguales, sean el complemento perfecto de sus trajes en un día tam importante como la Pandorga o en cualquiera en el que luzcan con orgullo el traje de manchega”, explica la responsable de Manuartica, quien reconoce que la idea surgió a raíz de ver que sí existía este tipo de complemento para los trajes de fallera de su tierra de nacimiento pero no para los tradicionales de su tierra de adopción.

Entonces, Amparo Blázquez empezó a pintar estos complementos que diseña sobre distintos tipos de abanicos tanto por su tamaño, desde pequeños a semipericones, como por la madera de la que están hechos -ella prefiere la de peral- o la cantidad de tela o madera que llevan cada uno.

“Sin duda a quienes van a vertirse el 31 de julio, teniendo en cuenta el calor que suele hacer en Ciudad Real, les recomiendo un semipericón, y, en general, suelo aconsejar los abanicos que tienen más tela que madera, aunque eso va también en gustos, pero lo s que llevan más tela son los que más aire dan y, por tanto, ayudan más a combatir las altas temperaturas”, aconseja la diseñadora.

Amparo Blázquez empezó a pintar estos complementos que diseña sobre distintos tipos de abanicos / J. Jurado

Abanico también para el Pandorgo
La costumbre de que sean solo los hombres quienes luzcan abanicos como complemento estético, pero sobre todo útil para tardes importantes en las que el calor se suele convertrir como el otro protagonista, ya ha cambiado y los pandorgos -aunque alguno es reacio- también pueden lucir su propio abanico personalizado y exclusivo al igual que el de las dulcineas y damas.

En este caso, explica Amparo Blázquez se trata de abanicos más pequeños que el de las mujeres y en el que el dibujo es exctamente el mismo que el del cinturón que lucen en su traje de Pandorgo y que suelen ser grandes y vistosas flores. Además, la tradición marca que lleve también que lleve bordado -en el caso de los abanicos pintadas a mano- las iniciales del Pandorgo así como las de su mujer o prometida o, en su defecto, las de su madre.

Finalmente, Amparo Blázquez, que diseña no solo abanicos tradicionales sino para cualquier gusto y que también los hace para el traje de sembradora, ofrece más productos muy manchegos como medallones o bolsos con el estampado tradicional de los trajes de nuestra tierra. Porque las tradiciones, también están siempre de moda.

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