Busca con su pintura dar “un puñetazo en el estómago”, pero más que provocar, persigue “incomodar” y que, tras un primer instantáneo impacto, el espectador ahonde en lo que está presenciando. Sus obras son piezas de “digestión lenta”, “necesitan de muchos vistazos para llegar” a lo que se plantea, estando, así mismo, “abiertas”, de manera que “cada vez que recurres a ellas puedes volver a sacar conclusiones diferentes”, que es lo que entiende que “es el verdadero valor del arte”, señala Carlos Quiralte, artista cordobés que trabaja desde hace dos años en un céntrico estudio de Ciudad Real.
Músico y pintor que viene del graffiti, quedándose esa ironía subversiva del arte de la calle en su quehacer plástico, expuso el pasado otoño en el Museo Elisa Cendrero, viene de hacerlo en el Hang Tough Contemporary de Dublín e incorpora su obra este mes de marzo a la madrileña Granada Gallery. Colores muy marcados y de contrastes fuertes de influencia fauvista, motivos pop y temáticas mordaces con trasfondo conceptual se hallan en su producción que tiene entre sus referencias el expresionismo, el arte pobre o art poor y el arte bruto o art brut.
“A mitad de carrera”, mientras estudiaba percusión y composición en el Conservatorio de Córdoba, el realizador estadounidense Nick Cassavetes, director de films como ‘El diario de Noa’ y ‘John Q’ e hijo de John Cassavetes, actor de ‘La semilla del diablo’, se interesó por su obra. “Me compró mucho y a buen precio, y casi que por él”, terminó concentrando su ingenio en las artes plásticas. Este ‘empujón’ motivó el interés de otros clientes en Estados Unidos, y la pintura de Quiralte se encuentra actualmente en ciudades como Los Ángeles, Nueva York, Bruselas, Londres, París, Roma, Ámsterdam, Madrid y Barcelona.
De “cachitos de muchas cosas y piezas” está integrada su última serie de obras inspirada en gran medida en ‘El tiempo, gran escultor’, de Marguerite Yourcenar, con creaciones, a modo de collage, que proponen una revisión pictórica de diversos capítulos de este libro de la ensayista francesa como, por ejemplo, ‘Esa siniestra facilidad para morir’, ‘Escrito en un jardín’, ‘Fiestas del año que gira’ y ‘Andalucía o las Hespérides’, así como ‘Una civilización de compartimento estancos’, ‘¿Quién puede saber si el alma del animal desciende bajo la tierra?’ y ‘La nobleza del fracaso’. Así mismo, la serie se completa con otras propuestas como la que emerge de la frase de Bart Simpson, ‘Vive deprisa, muere joven y deja un cadáver obeso’.
En su estudio ciudarrealeño, se pueden presenciar, así mismo, obras de la serie ‘I don’t like stand up’ o ‘No me gusta levantarme’, como la de un hombre enterrado y sobre la superficie un dulce e idílico exterior de polos y montañas, mezclando, con humor negro tipo ‘South Park’, el child style o estilo de niño, el neoexpresionismo de Basquiat y la neofiguración.
Una bota sobre la cabeza es la que impide levantarse en otro de los cuadros de esta serie de Quiralte, que también guarda en su estudio obras de cruenta temática como ‘Pan y circo’, de una dramática crudeza dulcificada o matizada por los juegos de color, inspiradas en el libro ‘La sociedad del espectáculo’, de Guy Debord, e impactantes piezas tendentes al expresionismo como ‘Talks (Negociaciones)’.
El envite de su pintura también lo aproxima al cómic como en ‘Crash (Accidente)’, que recuerda a un fotograma de una película de animación tipo ‘Sin City’, y ha creado, a modo del ‘Guernica’, un gran lienzo tipo “crónica” sobre el Covid. Varios meses le llevó culminar ‘Tiempo de Tragedia. Todos los muertos fueron uno’, obra en la que concede protagonismo a las víctimas y lo que ha quedado de lo sucedido: el mal endémico -una especie de toro picassiano- que se lleva a los más débiles, la familia que espera, la mujer que llora, los entubados aislados y completamente fuera de la realidad, el que se estrena en solitario, el que está fuera, el que tiene la voz detenida, el que ni siquiera habla ni tiene cara, el que guarda la muerte como un objeto de coleccionista y el que está y no está, así como el bálsamo o suerte que ha jugado también su papel y un gato que mira.
Además de la muestra colectiva con Granada Gallery para la que acaba de enviar nueve cuadros, Quiralte tiene previsto exponer a finales de año en la Fundación de Artes Plásticas Rafael Botí que exhibirá el trabajo de seis artistas cordobeses en representación de lo que se está haciendo en Córdoba.
