No tendrá nada importante en juego el CD Manchego en su duelo de este domingo en el Estadio Rey Juan Carlos I ante el Albacete B. Pero será un partido muy especial para un jugador, Diego Rivas, y, a la vez, para el fútbol ciudarrealeño. El veterano futbolista de 38 años tendrá la ocasión de despedirse de su afición en la penúltima jornada de la temporada, su última después de 21 años en los campos de fútbol desde la categoría juvenil hasta la Segunda y Primera División, en equipos como el Atlético de Madrid, Getafe, Real Sociedad, Cádiz, Hércules, Eibar y Llagostera, antes de regresar a la provincia con el Socuéllamos y los dos últimos años en su casa con el Manchego.
“Van a aflorar muchas emociones. Me despido futbolísticamente de mi gente, de mi familia, de la afición de Ciudad Real y cuando llegue el domingo me pondré nervioso, y eso que no suelo hacerlo. Es cerrar una vida, 21 años y ahora mirarlo como un museo, mirar recuerdos”, cuenta Diego Rivas a Lanzadigital los días previos a ese encuentro, del que ya apunta que “estarán mi mujer, mis hijos, mis padres, mi hermano, mi familia y algún que otro amigo. Llegará el momento de decir hasta aquí hemos llegado, a alguno le tendré que dar las gracias, a otros seguramente pedir perdón porque al final en algún partido se dicen y se hacen cosas que luego te arrepientes. Por fortuna he sido un jugador que no he tenido que pedir muchas veces perdón. He intentado ser un ejemplo para los chicos de aquí. Y más desde que fui padre, intentando pulir mis defectos para que la gente que viene por atrás no los vea. He intentado ser honesto”.
Diego Rivas tendrá así su despedida como soñaba desde hace tiempo, “en un estadio que para mí, cuando me llevaba mi padre, soñaba con jugar allí en la mejor época del Manchego, cuando jugaba por el ascenso a Segunda A. Fue una motivación en su día intentar jugar en el equipo de mi ciudad y tendré el mejor escaparate para despedirme. En el Polideportivo, con mi gente y en el equipo de mi ciudad”.
Ya con la presente temporada agonizando y con un CD Manchego asentado en la zona media de la tabla sin ningún peligro por abajo, ni tampoco posibilidades hacia arriba, el ciudarrealeño hizo balance del curso del equipo azul: “Hemos pecado en la primera parte de falta de planificación. No sabíamos al principio ni quiénes estábamos, ni quiénes seguíamos. Eso nos perjudicó mucho. Íbamos con el gancho puesto, sabíamos que como nos pasara algo, perdíamos ese partido. Llegó diciembre y enero, nos organizamos, vinieron refuerzos que han aportado bastante y hemos conseguido, a base de coraje y orgullo, sacar las cosas. Ahora los resultados van saliendo con mucho trabajo y sacrificio. Creo que no se debería de dejar otra vez la posibilidad de mantener el bloque. Si no puede haber un año, ojalá no, en el que no se pueda reaccionar y sería una pérdida para la ciudad”, concluyó un Diego Rivas expectante de cara a su despedida en casa, que, salvo contratiempo, no será su último partido, ya que la última jornada el Manchego jugará en Azuqueca.