Como si de una oda poética al néctar de Baco se tratase, el escritor, periodista, poeta y crítico literario, José López Martínez, ha repasado esta mañana en FENAVIN la trascendencia que el vino ha tenido a lo largo de la historia y, en especial, en Castilla-La Mancha, explicando cómo esta bebida siempre ha estado ligada y ha ido de la mano con la literatura y la poesía, mostrando también sus vivencias, sentimientos y emociones.
Bajo la ponencia ‘El vino en la poesía manchega’, encuadrada dentro de la sección ‘La Cultura y El Vino’, patrocinada por Bankia, el también director de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, ha vuelto a participar en FENAVIN recordando cómo el vino ha estado muy presente en todos los textos literarios mundiales, empezando por la Biblia hasta llegar a nuestros días.
Durante su análisis, López Martínez ha repasado cómo los grandes escritores y poetas españoles y manchegos ya plasmaron en sus obras el amor por el vino, desde Cervantes con El Quijote, hasta Omar Khayyam, considerado como el poeta del vino, pasando por Bernardo Balbuena, Garcilaso de la Vega, Juan Alcaide, Eladio Cabañero, etc.
En esta línea ha recordado cómo el renacimiento de la gran poesía castellana, que vino a dar luz a otros momentos más oscuros y pesimistas dentro de la literatura, vino de la mano de autores nacidos en Castilla-La Mancha como el valdepeñero Bernardo de Balbuena, y el toledano Garcilaso de la Vega.
Y así hasta llegar hasta hace más de siglo y medio, cuando “el vino y la poesía manchega llegaron al abrazo creativo que les une y enamora”, irrumpiendo con fuerza dentro del panorama nacional a partir de los años 40 del siglo pasado con la poesía del paisaje, el mundo rural y el mundo del vino.
Y es que López Martínez entiende que la relación entre los poetas españoles y el vino ha llegado a un punto en el que “somos casi como una familia centenaria y fidelísima”. Es por ello que considera que “la poesía ha enaltecido todo lo que nosotros esperábamos del vino, estando presente en todos los momentos de nuestra vida, tanto durante las horas de reunión, descanso y felicidad como en los momentos más tristes y oscuros”.
López tampoco ha dudado en elogiar las bondades de la Feria Nacional del Vino indicando que, a lo largo de sus diez ediciones y gracias a todos los participantes, “hemos conseguido hacer una cultura actual del vino, aspecto en el que FENAVIN ha tenido una labor muy meritoria”.
Para el poeta y crítico literario, FENAVIN también ha contribuido a enaltecer la cultura del vino. Por todo ello ha expresado su deseo de que este tipo de muestras agroalimentarias “no falten nunca” y ha recordado que los productos que se cultivan en una región “tienen su propia personalidad” hasta el punto de que en Castilla-La Mancha, “el vino es su razón de ser”.