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La Virgen del Carmen paseó por la ciudad como broche a los actos celebrados en su honor

VIRGEN DEL CARMEN 2018 018

Este lunes, y en una tarde noche no demasiado calurosa, la Santísima Virgen del Carmen, -obra del imaginero Jesús Méndez Lastrucci-, paseó por el centro de la ciudad como broche a los cultos que en su honor se han venido celebrando durante los últimos días. La programación de los mismos comenzaba el pasado día 8, domingo, con el inicio de un solemne novenario configurado por la Exposición del Santísimo, el rezo del Santo Rosario, el ejercicio de la novena, la Reserva Eucarística y la Santa Misa, que todos los días estuvo presidida por el Padre Carmelita Descalzo del Convento del Carmen de la ciudad de Toledo, José Vicente Rodríguez Rodríguez, que cada tarde se fue centrando en sus homilías en la necesidad de la oración y el diálogo sincero y sencillo con la Madre.

Día de la Virgen del Carmen

Comenzaba el día grande de la festividad de la Virgen del Carmen con sendas Eucaristías Solemnes a las ocho y media y diez y media de la mañana, respectivamente. Ya por la tarde, a partir de las 19 horas, se reanudaban los cultos al modo que en fechas anteriores. Tras el rezo del Santo Rosario, la Exposición del Santísimo y su Reserva Solemne, se celebró la Eucaristía, podemos decir de clausura de dichos actos, concelebrada por el ya referenciado padre José Vicente Rodríguez, y los sacerdotes don Bernardo Torres, capellán de las Madres Carmalitas y don Víctor Carrasco de la diócesis de Toledo. En la homilía el Padre Rodríguez se centró en la Orden del Carmelo, en la Virgen del Carmen y sus devotos, -principalmente-, recordándonos que la mejor manera de amar y querer a la Madre Celestial es hacerlo desde la sencillez y desde la fe. Se refirió especialmente a quienes visten su escapulario exhortándolos a meditar sobre la responsabilidad de hacerlo dignamente.

Procesión

Al filo de las nueve de la tarde noche se abrían las puertas principales del templo carmelita y tras la cruz de guía, a la que sucedían diversos miembros de la hermandad portando cetros y otros atributos aparecía, llevado a ruedas por cuatro hermanos, el paso del Niño Jesús “de Olot”, -profusamente engalanado e iluminado por cuatro cirios en sus extremos, así conocido al igual que otras imágenes similares que se veneran en nuestra ciudad. Tras él y escoltada por dos largas filas de fieles alumbrando con velas de cera, hacía lo propio el trono de la Reina del Carmelo, con exorno floral compuesto por claveles, rosas y calas en color blanco, y un precioso centro a los pies de la Virgen. Daban aún más luz a la imagen cuatro candelabros de guardabrisa de cuatro brazos cada uno. Precedían al mismo un grupo de acólitos de ambos sexos revestidos con indumentaria inspirada en el hábito carmelita. Tras el “paso” ocupaba la presidencia religiosa don Bernardo Torres Escudero.

Durante el discurrir de las imágenes, portadas por un total de veinticuatro chicos y chicas, por las calles Estación Vía Crucis, Paz, Rosa, Caballeros, Pasaje de la Merced, Toledo, Feria, Paseo del Prado, Azucena y Plaza del Carmen para entrar al templo de salida, se encargó de la parte melódica la Agrupación Musical de Ciudad Real que en atención a la Hermandad de la Virgen del Carmen, -nos ruega su Junta Directiva que lo hagamos constar-, quebrantó su protesta al Ayuntamiento, -por no haber recibido las preceptivas subvenciones-, e interpretó escogidas piezas de su extenso repertorio.

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