“No debería ser normal que un hombre no cocine o no planche”

Con una media de 60 asesinatos de mujeres por año en España a manos de parejas o exparejas reparar en qué cantidad de tiempo dedican al ocio hombres y mujeres y cómo ocupan los espacios públicos puede parecer una cuestión menor, sin embargo no lo es. Bajo las conductas más normalizadas como quién cocina o plancha en una relación de pareja se esconden comportamientos tan o más peligrosos que el golpe o el tortazo, porque no se identifican como violencia de género, cuando en realidad lo son, al menos en su modo más sutil.

“No debería ser normal que un hombre no cocine, no haya cogido una plancha en su vida, no haga las tareas domésticas y ni siquiera vea que la casa está sucia, sin embargo estas situaciones se consideran normales y están legitimadas por todos”, señala Belén Laserna, psicóloga y técnica de la asociación Opañel, que está tarde ha participado en una jornada de reflexión sobre los micromachismos organizada por la Universidad de Castilla-La Mancha y dirigida a jóvenes universitarios de Ciudad Real y público en general.

“Estamos hablando de desigualdades invisibles, que no se ven, por tanto lo primero es visualizarlas para después cambiarlas”, dice Laserna, que ha hecho un repaso por micromachismos reconocibles, como estas conductas relacionadas con las tareas domésticas, y por otros menos evidentes, como el menosprecio sistemático a la lucha por la igualdad de las mujeres.

El malditismo del feminismo

“Un piropo es un micromachismo, leve si se quiere, pero lo es”, explica, y también la concepción del término feminismo por buena parte de la sociedad. “En una ocasión, después de dar una conferencia similar a esta, una mujer se me acercó para felicitarme, decirme que estaba de acuerdo en todo lo que yo había contado pero que no era feminista, que eso era muy extremista”, en opinión de Laserna este es otro ejemplo claro de “cómo la sociedad patriarcal ataca la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres”.

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Asistentes a la conferencia, en su mayoría mujeres, esta tarde en el aula magna de la biblioteca del campus de Ciudad Real / J.Jurado

El negacionismo de la desigualdad

El negacionismo, decir que no existen diferencias entre géneros, es otra forma de micromachismo. Y a Laserna, cuya asociación trabaja para ayudar a mujeres con pocos recursos a alcanzar la independencia económica, le preocupa sobre todo la concepción de la violencia de género que tienen los jóvenes.

Bajo su punto de vista la juventud se ha fabricado un cliché sobre los malos tratos, “piensan que no va con ellos, que eso es de parejas casadas, con hijos, con otro tipo de relación, cuando en sus relaciones existen muchas de estas desigualdades invisibles”.

Propiciar la reflexión académica y social

La conferencia de Laserna se enmarca en el foro de debate abierto esta semana en todos los campus de la Universidad de Castilla-La Mancha. “Es nuestra aportación a la conmemoración el próximo 25 de noviembre del día internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, afirma Isidro Peña, director académico del Vicerrectorado de Estudiantes y Responsabilidad Social que organiza la actividad.

La iniciativa empezó ayer en Talavera de la Reina y continuará mañana en Almadén; el 24 en Cuenca, el 28 en Toledo y el 29 en Albacete. El eje temático son los micromachismos. “La idea es que partiendo de un enfoque concreto sobre esta práctica de violencia sobre la mujer en su vida cotidiana se llegue a un debate entre los participantes y se propicie la reflexión”, añade Peña. Las charlas son abiertas al público

 

 

 

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