Ocho de los diez acusados por tráfico de droga han aceptado, en la mañana de este jueves, tres años de cárcel y una rebaja en la multa económica que ha propuesto el ministerio fiscal. Además, la mayoría de ellos han mostrado arrepentimiento. La causa contra el número once, J.J.J., un colombiano residente en Quintanar de la Orden, quedó sobreseida antes del juicio al haberse declarado en rebeldía, ha explicado el fiscal.
Uno de los dos acusados, que no han aceptado los hechos imputados, J.O., al que se le incautaron en su casa 60 gramos de marihuana, útiles y varias plantas, el ministerio fiscal le pide dos años de cárcel y multa económica, y su abogado defensor la libre absolución y el archivo de la causa al entender, tal y como ha explicado en la sala, “que no ha quedado acreditado que se dedique a la venta de droga”, entre otras cuestiones,
El otro acusado que no se ha conformado, porque nunca ha reconocido los hechos, es J.M., un taxista de Alcázar de San Juan al que la Guardia Civil le interceptó en su coche un paquete con 148 gramos de cocaína. Su abogado defensor ha pedido la libre absolución al entender “que no hay ninguna prueba que acredite un conocimiento real del hecho”, que no es consumidor de ninguna sustancia, y que no tiene relación con el tráfico de estupefacientes.
De esta forma, el juicio que comenzó el miércoles en la Audiencia Provincial ha terminado este jueves por la mañana con la aceptación de la pena por parte de ocho de los acusados y, los otros dos, están a la espera de sentencia.
Declaración de los guardias civiles
La segunda y última sesión del juicio comenzó a las diez de la mañana con el testimonio de cinco de los guardias civiles que participaron en la operación. Sus testimonios se han centrado, exclusivamente, en la detención de J.M., cuando transportaba desde Madrid y hasta Alcázar de San Juan un paquete con cocaína, cuyo destinatario era otro de los acusados, M.G., y la de J.O., en su casa, donde se le intervinieron 60 gramos de marihuana, varias plantas y útiles.
Para el fiscal del caso, en el juicio ha quedado acreditado que J.M., de nacionalidad colombiana huído de la justicia, le entregaba la droga a otro colombiano, C.A.G., éste a M.G., y éste al taxista, J.M., para que la llevase desde Madrid hasta Alcázar de San Juan donde el propio M.G., tenía sus colaboradores que son el resto de acusados.
“Creemos que los que movían más droga eran los colombianos; fue el menudeo lo que levantó las sospechas de la Guardia Civil, sobre todo en el bar Nueva Herencia”, ha explicado a los medios de comunicación el fiscal, quien ha comentado que ocho de los diez acusados han reconocido los hechos y muchos de ellos se han arrepentido.