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Cruz Roja subraya que la diversidad y diferencias suman y dan vida a la región

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“Quien da, recibe”, reza el refrán popular, a lo que hay que añadir la memoria histórica de que castellano-manchegos y españoles “hemos sido una población muy emigrante” que se ha desplazado a numerosos países, en especial, de Latinoamérica y Europa, recordó la presidenta provincial de Cruz Roja, María Dolores Moreno, que presentó ayer la campaña de sensibilización ‘Damos vida a Castilla-La Mancha’, encaminada a favorecer la inserción laboral de los inmigrantes.
Enmarcada dentro del proyecto de Cruz Roja ‘Diferencias que suman’, con el lema ‘Con la igualdad de oportunidades ganamos’ y financiada por el Fondo Social Europeo y la Junta, la campaña busca transmitir una visión positiva de las personas inmigrantes, de su contribución al desarrollo de la sociedad castellano-manchega y su potencial profesional como parte activa del mercado de trabajo, indicó Moreno, que resaltó que la inmigración siempre mejora las condiciones económicas de la sociedad a la que se incorpora e incrementa la productividad y ritmo del crecimiento.
En este sentido, mejorar las condiciones de acogida de los inmigrantes y facilitar su adaptación es un acto “solidario” pero también de “provecho” para la sociedad receptora, agregó Moreno, que resaltó que la diversidad es reflejo de la pluralidad de la sociedad castellano-manchega y subrayó el papel clave de las empresas para favorecer la inserción laboral de colectivos vulnerables a través de su responsabilidad social.
“Sólo se avanzará hacia mercados inclusivos si todas las personas con capacidad de trabajar pueden hacerlo”, expuso la presidenta provincial de Cruz Roja, que indicó que el empleo estable es una puerta abierta a la inclusión social, uno de los pilares básicos con los que se construye la igualdad de oportunidades y de trato y una herramienta para acceder a derechos y medidas de protección social, al tiempo que garantiza la redistribución de bienes y servicios y promueve la cohesión social en la región.
Desempleados de larga duración, solicitantes de asilo, personas sin hogar y aquéllas que abandonan el sistema educativo son algunos de los colectivos más vulnerables respecto al acceso al mercado de trabajo y con más riesgo de pobreza y exclusión social, el cual es más acuciante en trabajadores extracomunitarios y mujeres inmigrantes, expuso Moreno, que indicó que el pasado año fueron atendidas 717 personas a través de los servicios integrales de empleo de Cruz Roja, cuyo programa de la Red Interlabora, destinado a emigrantes no comunitarios con permiso de trabajo, dio prestación a 397 personas.

116 empleos
Así mismo, indicó que un total de 116 personas lograron la inserción en el mercado laboral tras pasar por los programas de Cruz Roja, de las que 23 lo hicieron a través de las ofertas gestionadas directamente por esta organización, la cual, en su labor de intermediación, realizó visitas a un total de 112 empresas a lo largo del pasado ejercicio.

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