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Carlos Aranda corta una oreja en su presentación en Las Ventas

Felicidades en el rostro de Carlos Aranda tras cortar la oreja del quinto Foto JSchez

Plaza de toros de Las Ventas de Madrid. Un tercio de entrada.

Se lidiaron seis novillos de La Guadamilla, bien presentados y de juego desigual. Muy bueno el tercero.

Javier Montalvo: ovación con saludos y silencio.
Carlos Aranda: ovación con saludos y oreja.
Carlos Olsina: petición no atendida con vuelta al ruedo en ambos.

Hoy no era un día cualquiera para los aficionados ciudarrealeños. Se presentaba en Las Ventas uno de los nuestros, el daimieleño Carlos Aranda, después de no pocos esfuerzos, sueños, y seguro que alguna que otra pesadilla. Y hasta Las Ventas nos desplazamos, junto a cientos de paisanos, para presenciar el acontecimiento.
No hizo cosas bonitas el novillo con el que Carlos Aranda se presentó en Las Ventas. Dio varias vueltas al ruedo huyendo de los capotes que se le ofrecieron, y más tarde persiguió a los banderilleros que tuvieron que tomar el olivo a la salida de sus pares. Además soltaba un tornillazo defensivo al acometer que complicaba su lidia. No dábamos un duro -al menos el arriba firmante- por que el daimieleño pudiera hacer gran cosa ante él; y no es que las hiciera, pero anduvo firme y decidido, aguantando tarascadas y llevándolo todo lo largo que buenamente pudo, llegando a robarle pasajes notables, sobre todo en los embroques, ya que la salida del de La Guadamilla deslucía el conjunto final. Mató de metisaca que hizo rodar al novillo en cero coma.
El quinto se dejó bastante. Sin embargo la lidia contó con el hándicap del intenso viento reinante, que dificultó el acople de Aranda en el primer tramo de la faena. Pero quiso la Providencia -o lo que fuere- que la acción de Eolo se disipara levemente, lo que permitió al de Daimiel ligar los muletazos por los dos pitones, dejando algunos de mucho sabor. Fue suficiente para dejar el buen sabor de boca0 para que, sumado al hecho que que acabara con su antagonista de media arriba, le permitiera cortar una oreja que ha costado miles de horas de entrenamientos, ilusiones y desvelos, y que, a buen seguro, le permitirá volver a Las Ventas en breve.
El primer novillo, protestado en los primeros tercios terminó embistiendo con emoción, la cara abajo y con largura en su recorrido, aunque algo rebrincado, es cierto. El trasteo de Javier Montalvo no pasó de voluntarioso, perdiendo una oportunidad de cuajar un novillo de oreja.
El cuarto no aguantó dos muletazos sin huir hacia tablas o lejos de Montalvo, aunque cuando embestía lo hacía por abajo, pero eso, no más de dos veces seguidas sin huir. Y así…
Carlos Olsina sorprendió a propios y extraños recibiendo -y toreando- al tercero de rodillas en los medios. El de La Guadamilla se arrancaba con emoción y entrega hasta el final, y Olsina le dio debida réplica, con ajuste y mando, cuajando al encastado novillo, aunque acabando con él al segundo viaje, y por ende en esta ocasión, perdiendo un merecido trofeo. El rebrincado y deslucido sexto dejó poner de nuevo entrega y ganas sobre el tapete a Olsina. Además mató con decisión a la primera.

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