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Florece la pedagogía Waldorf en La Poblachuela

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A. R.
En un festivo e ilusionante ambiente, la Asociación Educativa Madreselva presentó ayer las nuevas instalaciones con las que dispondrá, situadas en La Poblachuela, a partir del próximo curso.
La Asociación Madreselva, que promueve la pedagogía Waldorf en Ciudad Real, cuenta desde hace dos años con un aula infantil, para chavales de 3 a 6 años, situada en la calle Alisos 12, y ha emprendido un nuevo paso para dar continuidad y ampliar el proyecto iniciando la rehabilitación de la denominada popularmente ‘Casa Mojete’ en La Poblachuela, donde tiene previsto abrir su nuevo espacio educativo con tres líneas: una maternal para ocho niños de un año y medio a tres años, otra de Infantil para quince chavales de 3 a 6 años y una tercera de Primaria para doce alumnos de seis-siete años en adelante, comentó la presidenta de la Asociación, Delia Salmerón.
Con una alegre ‘Fiesta de la Primavera’ en la que no faltaron música, juegos, talleres y productos artesanales, se presentó a los padres el proyecto y el nuevo espacio de la Asociación en una casa cuya rehabilitación, que se prevé que esté culminada en septiembre, está abierta a donaciones y aportaciones de material y mano de obra.
La pedagogía Waldorf se caracteriza por respetar la etapa evolutiva de cada niño, el trabajo en permanente contacto directo con la naturaleza como fuente de conocimiento y “no inhibe la fantasía del niño sino que propone el espacio adecuado para que se desarrolle el potencial de cada chaval. En definitiva, busca sacar lo mejor de cada niño sin límites de edad y sin llevarles a frustraciones”, expuso Salmerón, que indicó que están trabajando para la homologación de este espacio como centro educativo.

Música y talleres
En el encuentro, hubo diversas actuaciones musicales como las de Lorena, Jiménez y Onion’s Way Band, así como una batukada afrobrasileña, y se instalaron puestos artesanales en los que se pudieron adquirir pan de trigo y espelta elaborado en horno de leña, cestas de mimbre y membrana y artículos de cuero, cristal y macramé, así como otros muchos objetos de artesanía como pegatinas, postales, estampas, cuadernos, collares y pendientes.
También en un stand, Madreselva exhibió libros sobre la pedagogía Waldorf, cuentos y material que utilizan los chavales como ceras para pintar -rectangulares las de los más pequeños y cilíndricas las de los mayores-, cera de abeja para modelar, telares con hilos de colores como ejercicio de pre-escritura, juguetes Waldorf y artesanía hecha por los padres y profesores.
Así mismo, se celebraron talleres de creación de juguetes y galletas, María Huertas impartió otro de música ‘al ritmo del corazón’ y hubo teatrillo para niños.
Con la pedagogía Waldorf, que respeta la creatividad de los niños, su ritmo y libertad y que potencia el juego libre y el contacto con la naturaleza, los niños se sienten felices, libres y van “corriendo y con ganas al colegio”. Son niños “muy sueltos y resueltos”, expuso Bárbara Caballero, profesora de un espacio educativo en el se han impartido este año en la calle Alisos talleres de inglés, tardes de pedagogía Waldorf y talleres mindfulness.
Inma Cañadilla, cuya hija menor ha asistido al espacio educativo de Madreselva, expresó su satisfacción por los resultados de una pedagogía con la que los niños ganan en autonomía, capacidad de decisión y soltura.

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