Al igual que Helen Mirren, el teatro “no puede esperar”, “no podemos seguir retenidos” siendo además los espacios culturales lugares “completamente seguros”, destaca Aníbal Fernández Laespada, quien ha difundido esta semana con los alumnos de sus talleres de artes escénicas el mensaje de la actriz británica con motivo del Día Mundial del Teatro que se celebra este sábado.
En el daimileño Sindical Espacio 13, sus alumnos adultos ofrecieron el pasado miércoles una propuesta de sus trabajos y este sábado el propio Fernández Laespada se ha metido en la piel de ‘Armando Presidente’, un “personajazo”, cuyo mitin de “fomento de su propio fomento” dio pie a la lectura del mensaje del Día del Teatro por la actriz de Granátula, Ana Belén Rabadán.
“Posiblemente a Armando la cultura se la refanfinfla porque no da dinero y hacer pensar. Podrá decir que ‘qué bien la cultura pero que es más importante el fomento de las carreteras y meter ladrillo’ que, por cierto, es lo único que se está haciendo ahora en cultura: pintar y meter ladrillo”.
“Por lo que veo están arreglando los teatros, algunos lo necesitaban como el Quijano, pero está sucediendo en un montón de sitios”, cuando, por mucho que hagas un continente muy bonito, como no lo llenes de contenido no tiene sentido, a no ser que sea para los mítines políticos cuando toquen. Lo suyo es que las bibliotecas tengan libros y los teatros actividades culturales”, opina Aníbal.
“Vamos a fomentar lo fomentablemente más fomentable para fomentarme a mí que yo ya sabré lo que tengo que fomentar”. Ésta es una de las líneas de discurso esenciales de Armando, cuya intervención tomó cariz de performance con preguntas para favorecer la participación de los espectadores e incluso una persona de apoyo como si fuera de un medio de comunicación interesado por sus propuestas.
También el lunes 29 de marzo en Sindical Espacio 13, se podrán presenciar los trabajos de los alumnos tanto del grupo joven como el de adultos de los talleres que imparte Fernández Laespada, para quien lo más importante del “fantástico” mensaje de Mirren es que “pone en la palestra a toda la gente creativa y de las artes escénicas”, a todos los trabajadores de una profesión ya de por sí “muy insegura y con muchas problemas”, y en la que, cada uno, “ha sacado lo mejor de sí mismo” para mitigar los estragos del último complicado año, además de la frase con la que cierra su misiva: “No puedo esperar”, ya que “el teatro tiene que continuar y seguir estando presente”, por su valía y necesidad, en la sociedad.
Teatro y formación
Para Miguel Muñoz de Morales, del Teatro de la Sensación, es preciso “reivindicar el teatro como una forma de vivir y una manera de conocimiento que hay que impartir desde los colegios. La pedagogía teatral es súper necesaria tanto para los niños como la gente mayor y las pruebas están en la gente que viene a los talleres de teatro” que se imparten en esta ciudarrealeña sala: “los cambios emocionales y de ritmo que experimentan, los miedos que se quitan…” El teatro es “pedagogía de la liberación emocional”, libera de las limitaciones, miedos y reparos, por lo que es “indispensable”, y no es algo que “sólo diga sino que lo veo” a diario en los talleres, como lo han visto en “un montón de países donde el teatro y el arte está en los colegios. Si no, defenestramos la esencia humana, puesto que nosotros nos manifestamos siempre artísticamente de una manera u otra”, subraya.
Pese a ser una “herramienta liberadora” que está contribuyendo como el resto de disciplinas artísticas a “desestresar” a la sociedad en un período muy complicado de crisis y restricciones, “se está infringiendo a la cultura un castigo que no nos merecemos” sin contar con ayudas que alcancen para afrontar el mantenimiento de la actividad. Parece que, “en vez de apoyar la cultura, la están desincentivando”. “Con aforos del 30 por ciento no sólo mantenemos y sostenemos la cultura, sino que la pagamos”, comenta Muñoz de Morales, que asegura que actualmente “nosotros estamos con la soga al cuello y, aun así, seguimos”. “La gente sigue viniendo al teatro, se sigue emocionando”, pero no ve ahora futuro y sí el temor a que “cada vez cierren más teatros y contenedores de cultura privados”.