El ambiente popular y folclórico ha resurgido este domingo en Manzanares de la mano de una de las fiestas más tradicionales de la ciudad. Localizada en el centro histórico, la ermita de San Antón será durante los próximos días lugar de peregrinación para fieles, vecinos y mascotas.
Ante una ermita abarrotada, con alrededor de cien personas congregadas, la elección de mayorala, ayudaoras y motrilillas ha marcado la apertura de las fiestas. Todas estaban vestidas con faldas ralladas, en una demostración “del apego a la tierra, del conocimiento y la estimación de la comarca y la provincia, que tanto hace falta en La Mancha”, al que se ha referido Francisco Contreras.
Alejado por unos minutos de aguas, rocas y volcanes, el manzanareño Pedro Rincón Calero ha sido el encargado de dar el pregón de este “viejo santo” que dedicó su vida a la contemplación y que le resulta tan inspirador. Doctor en Geología por la UCLM, Rincón Calero ha transformado el ideal del ermitaño que representa San Antonio Abad en su interés por observar lo natural para encontrar el “sentido a la vida”.
Lumbre, vueltas a la ermita y procesión
En un ambiente íntimo propio de estas viejas fiestas, la programación continuará este lunes con el maratón de fotografías relacionado con San Antón y los animales, y los juegos populares organizados por el Colegio Don Cristóbal en el entorno de la ermita, donde este domingo también ha sonado el folk del grupo Airén.
Aunque habrá que esperar hasta el martes para el tradicional encendido de la lumbre y al miércoles para la bendición de animales tras las tres vueltas a la ermita. La procesión de San Antón, seguido por los jinetes del club caballista, y por grandes y pequeños acompañados de perros, gatos o conejos, pondrá el cierre por la tarde a la festividad.