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Almagro y Atco. Tomelloso cumplen con el cambio

Tato

Cambiar de entrenador es el método clásico para enmendar la situación de cualquier equipo. Lo normal es que antes haya reuniones, alguna que otra bronca y, al final, la directiva opte por rescindir el contrato del máximo responsable deportivo. Hay, claro, directivas con el gatillo fácil y otras no tanto. Esta temporada, han sido dos los clubes ciudarrealeños de Tercera, Atlético Tomelloso y Almagro, que han optado por destituir a sus entrenadores.  Señal de que las cosas no marchaban bien. ¿Ha funcionado? Sin duda, ambos han conseguido su objetivo: salvarse. Ciertamente, el del conjunto calatravo era, al principio de temporada, mantenerse con holgura. Y eso no lo ha conseguido. El del Atlético Tomelloso, que sí era el de la permanencia, parecía tenerlo en el bolsillo hace mucho tiempo y no ha sido hasta la penúltima jornada cuando las matemáticas le han dado la razón a la intución.

Atlético Tomelloso
El Atlético Tomelloso optó por la contuinidad en su ascenso a Tercera. Mantuvo a Carlos Julián al frente del vestuario y a la mayoría de los jugadores. Su comienzo de liga fue explosivo. No en vano había empezado a entrenar mucho antes que sus rivales y la idea era sumar puntos en el arranque. Pero la gasolina llegó hasta la jornada sexta. Entonces, con un empate ante el Villarrubia, los auriverdes sumaban 14 puntos. Seis jornadas después, el número era el mismo, lo que llevó al presidente, Cristóbal Moraga, a tomar una dolorosa decisión. Darío, cuyo caché era y es inmejorable, sustituyó a Carlos Julián.

Los resultados no se hicieron esperar y el Atlético Tomelloso llegó a coquetear con los puestos de play off. En la jornada 31 ganó al Illescas a domicilio y sumó 45 puntos, una cifra que parecía más que suficiente para garantizar la salvación. A partir de ahí, por culpa de un calendario muy complicado y, probablemente, por cierta relajación, los de Darío no han sido capaces de sumar un solo punto. Así, lo que parecía hecho, se fue complicando, hasta la pasada jornada, en la que los tomelloseros volvieron a caer, de penalti injusto en el último segundo, pero perdieron, con lo que la permanencia se aplazaba hasta la última jornada. Los resultados de otros equipos y el “goal average” acudieron en su salvación y los de Darío afrontan esta última jornada sin urgencias, pero con un sabor bastante agrio en la boca, porque  han acabado metiéndose en complicaciones de manera inesperada.

Las matemáticas dicen que Darío ha dirigido, a falta de la última jornada, 25 encuentros, en los que obtuvo 31 puntos, 1,24 de media. Su predecesor, Carlos Julián, dirigió 12 encuentros y logró 14 puntos, una media de 1.17. Precisamente la misma que consiguió el otro entrenador que no acabó la temporada, David Martín.

La historia del puertollanero es diferente. Recaló en el Almagro con una misión muy complicacada. La salida de Darío después de haber metido al equipo en play off obligaba a los calatravos a gestionar el éxito de manera cuidadosa. La directiva  tomó una decisión arriesgada y apostó por un entrenador joven, sin experiencia en la categoría ni en Preferente, y se marcó un objetivo similar al del curso anterior, es decir, una permanencia tranquila.

Después de una pretemporada muy corta a causa del play off, sin apenas partidos amistosos, el equipo no acabó nunca de arrancar. Fue siempre irregular, ganando a los rivales teóricamente inferiores, pero sin hacerlo con los demás.

La directiva almagreña buscó soluciones antes de prescindir del entrenador. Se fueron algunos jugadores, llegaron otros, pero el equipo no acababa de funcionar. Así, tras perder precisamente en Tomelloso, con Darío en el banquillo, David Martín se fue. Era la jornada 24.

Lo sustituyó Tato, que ya había sonado en pretemporada para el Almagro. El daimieleño, con algo más de experiencia, ha conseguido mejorar los números de David Martín, aunque el equipo siguió sin haber ofrecido su mejor versión hasta los últimos choques. Al final, una victoria épica en Cuenca, con Astillero parando un penalti en los instantes finales, ha permitido a los rojillos encarar la última jornada sin la urgencia de ganar al Manchego, como todo parecía apuntar.

La media de Tato con los calatravos, antes de que se juegue la última jornada, es de 1,38 puntos por partido.

En definitiva, tanto Almagro como Atlético Tomelloso pueden decir que en esta ocasión sí funcionó el cambio de entrenador. Los dos estarán la próxima campaña en la línea de salida de la Tercera.

Futuro
El cambio de entrenador fue un revulsivo, muy significativo en el caso de los auriverdes en los primeros encuentros de Darío, no tanto en el caso de Tato. Qué porcentaje del relativo éxito se debe a los preparadores y cuál a un cambio de los jugadores es, siempre, el nudo gordiano para decidir si se le ofrece la renovación al que ha conducido al equipo hasta la salvación. Darío tiene contrato hasta el final de la próxima temporada. Tato y el Almagro, el Almagro y Tato, deben, todavía, hablar del futuro, saber si sus posturas se acercan y sus caminos continúan por el mismo lado o separan en este punto.

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