“Las mujeres gitanas reclamamos igualdad de género pero luchando contra la discriminación de nuestro pueblo”

La primera ha sido a las diez de la mañana, dirigida a la comunidad gitana. Al mediodía ha tenido lugar la segunda de las charlas dirigida a la población en general en la que han participado la concejala de Servicios Sociales, isi Serna y la directora de Cáritas, Teresa Requena. La asistencia ha sido muy alta a las dos mesas redondas.

El feminismo romí, es también conocido como feminismo gitano, que parte del feminismo decolonial,  —ha explicado María Santiago, coordinadora provincial de Ciudad Real en Fundación Secretariado Gitano durante el descanso entre las dos charlas— en el que las “mujeres de esa etnia reclaman la igualdad de género pero a través de una lucha contra la discriminación”. La base del feminismo romí es “que la mujer gitana sufre una múltiple discriminación”, es por ello que “pedimos una igualdad real en la que no se tenga solo en cuenta el género, también la etnia y la clase social”. Una circunstancia, ha precisado Santiago, que lleva a que la lucha por la igualdad de la mujer gitana sea totalmente distinta.

María Santiago asegura que “la sociedad es mayoritariamente machista y, por tanto, la comunidad gitana también lo es. Vivimos en un sistema patriarcal que no podemos negar”. Para la coordinadora de Secretariado Gitano “la mujer de esta etnia a lo que, realmente se enfrenta, es a la discriminación. Esta sometida a un patriarcado gitano, pero también a un patriarcado payo y a una discriminación que provoca que la situación de la comunidad gitana sea distinta”.  Por ello, las reivindicaciones son distintas “apoyamos la lucha por la brecha salarial, por el techo de cristal o por las listas cremallera, pero nos preguntamos si apenas tenemos empleo por la discriminación, ¿cómo nos influyen esas reivindicaciones a nosotras?”.

Las ponentes junto a algunas de las partipantes en la charla
Las ponentes junto a algunas de las partipantes en la charla

Lo primero es “la lucha por la discriminación, la igualdad al acceso al empleo o a la educación, donde no haya guetos ni adaptaciones curriculares como si fuesen churros y de forma simultánea habría que trabajar la igualdad de género”, asevera María Santiago. Ante las voces que acusan a los gitanos de querer vivir excluidos, María precisa que “lo primero es conocer la historia de este pueblo, la historia está ahí, por ejemplo,no tenemos la ciudadanía plena hasta 1978. Yo nací en 1988 soy licenciada en Derecho, mujer y gitana, para que se vean los pasos agigantados de esta comunidad”.

El feminismo romí, ha señalado Rosario Montoya “tiene que ir ligado a su comunidad, tenemos que afrontar la discriminación que existe”. Quieren, ha continuado Montoya, que las mujeres feministas las apoyen “y que sepan que para que nosotras podamos avanzar nos tienen que ayudar a que esa discriminación desaparezca”.  Pero no poniendo voz a su lucha “tenemos que ser la mujeres gitanas quienes empoderemos y que seamos las que digamos ‘aquí estamos’”.

Las ponentes se han sorprendido gratamente por la alta participación en las charlas y por la actitud de las asistentes.

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