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Sí a la Tierra Viva celebra “el triunfo de la razón” frente a la mina en el Campo de Montiel

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La plataforma antimina Sí a la Tierra Viva del Campo de Montiel celebra lo que llaman “el triunfo de la razón”, frente al proyecto y felicita a todas las personas y organizaciones que han hecho posible “esta victoria en una lucha titánica”, que iniciaron en el invierno de 2015.

Sí a la Tierra Viva, un colectivo vecinal surgido en Torre de Juan Abad y Torrenueva, mantuvo desde el principio que el proyecto “era claramente inviable a nivel técnico, social y ambiental por el gran volumen de agua necesario para separar la monacita, fosfato de tierras raras que pretendían extraer”, recuerdan en un comunicado.

También criticaron que el lugar elegido fuera una comarca “con unos altos valores ambientales para especies tan emblemáticas como el águila imperial ibérica, el lince ibérico o el milano y que han sido compatibles con actividades agropecuarias y transformadoras”.

14.000 alegaciones

En esa lucha de dos años contra el proyecto la plataforma ha presentado 14.000 alegaciones y ha organizado dos tractoradas de protesta en la comarca.

Este colectivo siempre ha tenido claro que no quieren minas en la zona, aunque sean a cielo abierto, y así lo explican en el comunicado: “Existe un consenso declarado a nivel internacional de que ninguna actividad industrial es tan agresiva como la minería a cielo abierto, debido a la larga lista de impactos que lleva consigo en el aire, agua y suelo, destruyendo de manera irreversible el área de explotación y causando alteraciones graves del paisaje circundante y la alteración de las cuencas hídricas superficiales y subterráneas”.

Sin experiencia en Europa

Para Sí a la Tierra Viva el plan de Quantum era experimental, sin experiencia en Europa “y habría supuesto una amenaza inasumible para el futuro, y todo en un horizonte temporal muy corto, que con el tiempo podría poner en peligro miles de puestos de trabajo ya consolidados en sectores productivos básicos como la agricultura, la ganadería, la industria transformadora, así como el turismo”.

Para ellos la cancelación del proyecto es “un triunfo de la sociedad civil, la dignidad colectiva, pero sobre todo un triunfo de la razón y el sentido común frente a la irracionalidad de la minería de tierras raras”, apostillan.

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