La explotación de las tierras raras en el Campo de Montiel vuelve a estar de actualidad a raíz de la tramitación del nuevo proyecto de investigación presentado por Quantum Minería. El primer intento generó un gran rechazo social en 2017, sin embargo, la compañía no se da por vencida, ahora al amparo de la reciente estrategia europea que pretende impulsar la explotación de materias primas críticas para reducir la interdependencia de países como China.
“De realizarse este proyecto de investigación en el Campo de Montiel, yo tengo el convencimiento de que los resultados serían positivos”. Pablo Higueras, geólogo y catedrático de Prospecciones e Investigación Minera en la Escuela de Minas de Almadén, no tiene pelos en la lengua al hablar de ‘Neodimio’. De hecho, la semana pasada participó como ponente en las jornadas organizadas en Ciudad Real por el Grupo Español de Materias Primas Estratégicas/Críticas (GEMPE/C).
La sociedad occidental se rodea en su día a día de aparatos que contienen metales extraídos del subsuelo. Por eso, el Higueras afirma que “es hipócrita tener teléfono móvil, coche u ordenador, si rechazamos la minería”. “Somos tan rigurosos con la protección de nuestro patio trasero, que no nos preocupamos de que la extracción de materias primas está produciendo auténticos desastres medioambientales en países que no gozan de las garantías que tiene el nuestro”, añade.
“La Administración española tiene suficientes medidas de control”
El profesor, que imparte ‘Tecnología medioambiental minera”’ a los futuros ingenieros para que aprendan “la importancia de preservar el medio ambiente”, considera que hay que acabar con la imagen oscura que sobrevolaba la minería anterior a los años 80. Pablo Higueras destaca que “la Administración española tiene suficientes medidas de control, que pueden parar en cualquier momento una explotación” y, además, “las empresas tienen la responsabilidad de hacer bien las cosas”.
Con respecto a ‘Neodimio’, que contempla la toma de al menos 1.000 muestras superficiales y la excavación de 400 pocillos con una profundidad de entre 1 y 5 metros, Higueras opina que “se trata de un proyecto minero muy limpio, que busca ir avanzando muy poco a poco, con pequeñas parcelas que se restauran inmediatamente”, de manera que, según insiste, “no es agresivo con el medio ambiente y produciría el mínimo problema a la población”. “El anterior intento estuvo muy mediatizado por la lucha en contra, pero creo que la falta de confianza en la Administración, en la empresa, los ingenieros y los ambientalistas no está justificada”, añade.
Países con minería
Los estudiantes de la Escuela de Minas de Almadén hoy estudian el futuro de la “minería verde, sostenible”. Y no hay que irse muy lejos para encontrar ejemplos. Pablo Higueras subraya que la minería no ha desaparecido en algunos países de Europa, como Francia, Finlandia, Noruega o Suecia, donde está muy avanzada. También existen en otros países tan desarrollados como Estados Unidos, Canadá o Australia. “Está claro que toda extracción minera supone un riesgo, pero si se hace bien, se minimiza”, señala.
Sin embargo, entre los principales exportadores de las materias primas estratégicas que permiten la fabricación de los famosos semiconductores, están países con “menos controles” de impacto medio ambiental y sobre la salud humana. Higueras señala que en la actualidad gran parte de los metales proceden de “China, Mongolia, países africanos como República del Congo, República Centroafricana y Sudáfrica, y países de Sudamérica como Colombia, Venezuela y Perú”.
“Una nueva etapa de gran desarrollo minero”
El mundo está en los albores de “una nueva etapa de gran desarrollo minero”. Para el catedrático, los “años negros de la minería” han quedado atrás. El profesor explica que desde los años 80 la minería estuvo muy parada “por falta de demanda y también por la cuestión medioambiental”. “La propaganda negativa, sobre lo mala que era la minería, triunfó, algo absolutamente injusto teniendo en cuenta que es una actividad necesaria. Los móviles pueden llevar una manzana, pero no crecen de los árboles”, insiste.
Las nuevas tecnologías están detrás de “nuevas demandas de materias primas”. Hoy en día, señala Higueras, estos elementos permiten elaborar potentes electroimanes “que se utilizan para fabricar turbinas eólicas”, y materiales como el litio o el cobalto son necesarios para la construcción de baterías. El profesor considera que estas nuevas necesidades van a suponer “un incremento exponencial de abastecimiento de materias primas minerales críticas”, y el empeño de Europa de no depender de países como China “va a crear una nueva etapa de desarrollo minero” en el continente.
Yacimientos de interés en la provincia
En ningún otro lugar de España existen explotaciones de tierras raras, del estilo de la que se quiere implantar en el Campo de Montiel, “porque son muy poco frecuentes”. Pero no es el único metal que está presente en el subsuelo manchego. Higueras hace referencia al yacimiento de wolframio de Abenójar, a los fosfatos de Fontanarejo, a los filones de plomo en el Valle de Alcudia y al titanio encontrado en la comarca de los Montes.
“En estos momentos no hay ninguna explotación de metales en la provincia, pero hay varias cosas que se han intentado activar durante estos años negros de la minería”, explica el profesor, que al mismo tiempo considera “muy interesante” que la minería no viniera sola, “sino con industria asociada”, de fabricación por ejemplo de microchips.
La restauración de las escombreras de la mina de San Quintín en Almadén
En un primer lugar son “indicios” y Pablo Higueras reconoce que el proceso para encontrar un yacimiento puede ser muy largo. Solo “gracias a esas investigaciones se encontró en Almadén la mina de mercurio más grande del mundo”. Otra importante en la provincia, de plomo y zinc, fue la de San Quintín en Villamayor de Calatrava y, de hecho, en la actualidad forma parte del grupo de investigadores de apoyo científico del Instituto de Ingeniería Aplicada de la Universidad de Castilla-La Mancha en la restauración que realiza la empresa Tragsa de los antiguos terrenos de la mina.
Con 5 millones de euros de presupuesto, a cargo de fondos europeos Next Generation, el proyecto contempla la restauración física y química de las antiguas escombreras de la antigua mina, que cerró en dos etapas, en los años 30 y 90 del pasado siglo. Sobre los antiguos residuos que dejaba abandonados a su suerte la minería antigua, va a crearse un nuevo monte de vegetación autóctona, con encinas y retamas. Las obras comenzaron hace 3 meses y tienen un plazo de ejecución de 3 años.