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No es lo que parece

La realidad del accidente aéreo recientemente acaecido nos hace reflexionar acerca de cuáles serían las motivaciones de la persona que según parece, ha sido la responsable de tal fatal desenlace en la que su vida, la del comandante de la nave y la tripulación de vuelo, de un golpe, ha terminado sin más. Una persona que siempre, según los datos que tenemos, estaba en tratamiento psicológico y siendo consciente de su problemática, pilota un avión con una gran responsabilidad a sus espaldas. Lo extraño de todo esto es cómo la compañía no había sido advertida de tal problema de uno de sus integrantes o si la total irresponsabilidad de la dirección no ha sido capaz de controlar tal variable, que, aun siendo silenciada por esta persona, no visibilice la posibilidad de riesgo inminente. O bien el interesado ha burlado todos los controles psicotécnicos que se presentan en esa formación que debería ser continuada, como el seguimiento del perfil de todos y cada uno de los integrantes del equipo de personas que trabajan en el aire con la responsabilidad que se les debería exigir en estos casos. La responsabilidad es de todos, pero veremos cómo son capaces de afrontar lo que se les avecina. Hay que decir que una persona con un estado psicológico con gran afectación del ánimo no siempre es capaz de hacer lo que el copiloto de la nave ha llevado a cabo. La mayoría de las veces el instinto propio de auto-conservación evita males mayores. La patología del afectado entiendo era de un orden mayor. Pero en un porcentaje relativamente bajo podría darse esta variable. Las motivaciones como he dicho anteriormente, y el bloqueo que se produce en la mente de una persona con este problema es una verdadera incógnita. Seguramente, subyacen otro tipo de variables y procesos que desconocemos que facilitan este bloqueo e inhiben el instinto de la persona de supervivencia y conservación. Hasta la fecha se sigue investigando al respecto y creo que pronto llegaremos a las bases neuroquímicas responsables de las conductas suicidas de estos personajes que, en un acto irreflexivo pueden llevarse por delante la vida de muchas personas, no solo en accidentes aéreos sino en cualquier área de la vida social y la normal convivencia de una sociedad mejor de la que tenemos. Nuestras condolencias por las víctimas de tal masacre y estaremos atentos a cualquier novedad que pueda esclarecer más los hechos. Y quien tenga que pagar que la justicia se encargue de ello.

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