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Javier Hernández narra en ‘Baraka’ una historia de amor y ambiciones en tiempos de guerra en el norte de África

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‘Baraka’, obra ganadora del VI Premio Alexandre Dumas de Novela Histórica, es una historia de “redención, de cómo se puede cambiar y cómo el ser humano está en estado de transformación”; también es una historia de amor en tiempos de guerra; y, así mismo, una historia de decisiones ya que el protagonista está continuamente en una sucesión de encrucijadas sobre las que tiene que decidir, comentó Javier Hernández, en la puesta de largo de su obra en Serendipia.
Presentado por el escritor ciudarrealeño José Ramón Gómez Cabezas, que recomendó la lectura de esta obra con flecos de novela negra y una relación de amor muy poderosa en un contexto histórico que la hace más épica y espectacular, Hernández describe la presencia española en el norte de África con la explotación hispana y alemana de las minas de hierro que suministrarían a ambos bandos de la I Guerra Mundial y el desastre de Annual en el que perdieron la vida miles de soldados españoles.
Como un escritor de brújula que sigue lo que le van ofreciendo personajes y acontecimientos, y no de mapa con el recorrido ya marcado, y como un autor circular, a lo Sergio Leone, se definió Hernández, cuya novela ‘Baraka’ comienza en Santa Cruz de Tenerife cuatro días después del alzamiento de Franco y termina la mañana siguiente, mientras que de 1921 hasta el 36 se desarrolla el resto de la trama protagonizada por Gabriel, un joven tinerfeño que se ve obligado a hacer la mili de tres años en el “peor sitio del mundo” en ese momento, Melilla. “Cuando llega allí se encuentra con el desastre de Annual y la huida desesperada de los soldados españoles con rumbo a Melilla. Fueron 135 kilómetros en los que murieron 12.000 españoles” a manos de los rifeños, “los mismos que luego Franco trasladó a la Península Ibérica y siguieron matando españoles en la Guerra Civil”.
También en la novela, aparece cómo, después del desastre de Annual, hubo una nueva movilización y se organizaron un batallón de artillería de Tenerife y otro de Gran Canaria, quienes se congregaron antes de la salida en la plaza del Cristo de la Laguna, hubo una misa y se encomendaron al Cristo, expuso Hernández, que resaltó cómo, sorprendentemente después de un año y medio y 21 combates, todos volvieron sanos y salvos, lo que es el origen de la promesa de los artilleros de acompañar todos los años al Cristo de la Laguna en su festividad.
‘Baraka’ significa ‘bendición divina’ según la filosofía sufí muy instaurada en el territorio del Rif y en la portada de la novela aparece la foto que Hernández realizó de su representación en la Alhambra de Granada, comentó el narrador tinerfeño, considerado una de las grandes firmas de la novela negra con, entre otras obras, su serie del investigador Mat Fernández.
El mayor valor de una sociedad o colectividad es la memoria, a juicio de Hernández, que hace un guiño en ‘Baraka’ a Ramón J. Sender, autor de la obra ‘Imán’ sobre las guerras durante el Protectorado español en el Rif, y utiliza en esta novela el elemento iniciático de la travesía del protagonista por el desierto donde sus “miedos se evaporan”. El desierto es “sanador, espiritual y potente”, indicó Hernández, que aseguró que ese trayecto fue el más duro de escribir de ‘Baraka’ por la transformación del personaje.
Pese a la importancia de este período histórico, ha quedado muy ocultado, siendo “germen de la posterior Guerra Civil”, concluyó con “la gran victoria de Alhucemas”, con un desembarco que luego se copiaría para Normandía, y en el que sucedieron heroicos episodios como el del regimiento de caballería de Alcántara del que con “cerca de 300 integrantes apenas se salvaron 25” para proteger a los soldados españoles en su huida al campamento de Monte Arruit.

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