La Asociación Plaza de las Terreras denunció este jueves el “reiterado incumplimiento de la Ley” de Patrimonio Cultural por parte de la Orden Concepcionista de Osuna, propietaria del convento de las Terreras, al no proceder a la apertura cuatro veces al mes de este inmueble declarado en 1991 Bien de Interés Cultural, y que la Junta de Comunidades no haya inscrito ese reconocimiento de BIC en el Registro de la Propiedad.
“Exigimos que se cumpla la ley y no estamos dispuestos a que se pierda más patrimonio histórico y cultural por negligencia de unos o usura de otros”, indicó el presidente de la Asociación, José Ignacio de la Rubia, que resaltó que “no vamos a permitir” que este edificio del siglo XVI caiga en el olvido y un progresivo deterioro que lo lleve a la ruina. El propósito de la asociación es propiciar un consenso que garantice la preservación de este edificio BIC, apreció De la Rubia, que no descartó el estudio del inicio de medidas jurídicas para el cumplimiento de las normativas y garantizar la conservación del inmueble que se encuentra “cerrado desde 2008”.
De la Rubia expuso que la asociación ha remitido hasta cinco escritos, sin obtener respuesta, a la parte propietaria, a la que ha propuesto la cesión del inmueble a una administración pública o un convenio de colaboración con la propia asociación para la apertura a los ciudadanos del edificio. La situación se encuentra en “punto muerto”, apreció De la Rubia, que lamentó que la delegada de la Junta, Carmen Olmedo, tampoco haya respondido a los dos escritos remitidos en octubre del año pasado y marzo del presente ejercicio solicitando información sobre los compromisos que se alcanzaron con la propia responsable de la Administración regional de que los técnicos de Cultura iban a hacer una inspección sobre el estado del edificio y que iba a instar a la parte propietaria al cumplimiento de abrir cuatro veces al mes el convento para que pueda ser conocido y visitado por los ciudadanos y personas interesadas.
En una visita realizada por el presidente y el vicepresidente de la asociación al interior del edificio, que este año precisamente cumple su 530 aniversario, percibieron que el estado general del inmueble es “bueno” con los lógicos deterioros de estar más de una década cerrado, pero temen que crezcan con el paso del tiempo los problemas de conservación, indicó De la Rubia, que valoró la limpieza por parte del Ayuntamiento de los graffitis en las paredes del monasterio que dan a la calle María Inmaculada, y advirtió a los “políticos que ganen las elecciones” el próximo domingo que esta asociación seguirá “en la brecha” defendiendo el patrimonio de la ciudad, el cual forma parte de “nuestra historia, tradición y cultura”.