Noveno día de encierro en las minas: Almadén deja atrás el “desánimo” y huele a movilización

Encierro Almadén 2019 / Elena Rosa

Comienza la novena jornada de encierro en el pozo de San Aquilino de las minas de Almadén. Cincuenta metros bajo tierra, en la primera planta, empieza otro día de rodaje y de reivindicación para las once personas de Almadén y Chillón encerradas para rodar una película que recupera el símbolo de la protesta que protagonizaron un grupo de mineros en 1984.

El reloj roza las diez de la mañana y los voluntarios llegan con el desayuno al set de rodaje. Hay colchones y sacos de dormir por el suelo, pancartas y mensajes de ánimo cuelgan por las paredes, y en el fondo está la mesa que ha reunido en los últimos días a políticos, empresarios y vecinos preocupados por los problemas de Almadén, dispuestos a trabajar por el futuro de la comarca.

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Cristina Copado, guía turística, en el noveno día de encierro en Almadén / Elena Rosa

La mina cerró y “nos olvidaron”

Guía turística en Almadén, Cristina Copado, confiesa a Lanza que en este espacio “hay una energía especial”. Nada tiene que ver con el ambiente que ha respirado el pueblo en los últimos años. “Almadén estaba sumido en la desidia, en el desánimo, aquí tenemos un trauma colectivo porque pasamos de tener una mina que daba todo el trabajo y todo el sustento a la comarca, y de repente se cerró y nos olvidaron”, explica.

Del Pozo de San Aquilino, el más antiguo de las minas de Almadén y que llega a unos 300 metros de profundidad, ha salido “un tercio del mercurio de todo el mundo”. La jaula del pozo, una vagoneta y varios railes recuerdan que fue la mina de cinabrio más explotada de todo el mundo. La minería llegó a dar hasta 3.000 puestos de trabajo, en la última época 1.100 y, desde el cierre, en el lugar solo trabajan 50 personas.

Celia Gómez, nieta de uno de los mineros encerrados en 1984, utiliza estos días el mismo colchón que utilizó su abuelo. Él reivindicaba mejoras laborales, ella un futuro para la comarca / Elena Rosa

Esperan que la movilización continúe

Los primeros días pasaron “muy rápido” y ahora empiezan a pesar, aunque a nivel psicológico los once encerrados están fuertes y emocionados. Iluminados apenas con las luces de los cascos, la oscuridad, ni la humedad, parece que no ha hecho mella tampoco en el director del documental, Chico Pereira, que ha convertido a Almadén en el símbolo de la lucha y las reivindicaciones de la ‘España vaciada’ y de la supervivencia de las comarcas mineras en tan solo nueve días.

Debate en el interior de la mina / Elena Rosa

Desde el interior de la mina, confiesan que “ha merecido la pena, sin lugar a dudas”. Celia Gómez, nieta de uno de los encerrados en la protesta de 1984 y que en los últimos días ha usado el mismo catre que utilizó su abuelo, confiesa que no quiere que acabe. “No quiero que se acabe la unión, el sentido de luchar por un pueblo, por Almadén y su comarca”, explica con emoción.

La reivindicación de mejoras en infraestructuras, promoción económica y desarrollo turístico están detrás del encierro y del documental, capaz de prender una llama movilizadora en Almadén y su comarca por un futuro para el mundo rural. Esta misma tarde, bajo el lema ‘Del pozo se sale’, una manifestación saldrá a las ocho de la tarde de la Plaza de la Constitución para exigir una “respuesta” a las Administraciones públicas. El encierro terminará el próximo viernes, 9 de agosto, pero los once encerrados están comprometidos en continuar su lucha.

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