Los arqueólogos quieren excavar el cementerio almohade, el último misterio del Alarcos medieval

Los arqueólogos de Alarcos, Antonio de Juan, Macarena Fernández y Diego Lucendo, han optado a las subvenciones arqueológicas 2019 para otra corta campaña veraniega que quieren dirigir al cementerio almohade, el gran desconocido de un yacimiento en el que se excava casi de forma ininterrumpida desde 1984.

La fosa de los restos de la batalla, incluidos unos 150 cadáveres, la mayoría hombres con mutilaciones propias de una lucha a espadazos, estaba intacta hasta que empezaron las excavaciones. Los hallazgos humanos (hay un cuerpo con las cuatro extremidades amputadas), puntas de flecha, trozos de ballesta y armamento de la plena Edad Media (se custodia en el Museo de Ciudad Real) fueron valiosísimos y aún hoy  siguen dando sorpresas gracias a los avances tecnológicos que permiten análisis en el laboratorio con técnicas desconocidas en los años ochenta y noventa, cuando se acometió el grueso de la excavación.

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Restos de soldados cristianos caídos en la batalla de Alarcos hace 800 años / Archivo de Alarcos

La fosa de despojos, objeto de una nueva tesis

El estudio antropológico de los restos humanos es el tema de la tesis doctoral de Lucía Muñoz, una doctoranda de la Universidad Autónoma de Madrid, que revisa el primer estudio de 1992. Estas investigaciones están arrojando luz sobre la edad de los cuerpos (la mayoría hombres jóvenes de entre 14 y 34 años) y detalles de la dieta: estaban bien alimentados y comían mucha carne. En los huesos se ven aplastamientos postmortem (al echares piedras encima) y otros con cortes sobre todo en las piernas (propios de atacar a caballo). “Tenemos muchos datos pero esta tesis va a sacar más aún”.

El cementerio almohade es la nueva joya por descubrir de Alarcos. Se sabe que tras la victoria los árabes redujeron la implantación en la ciudad, solo ocuparon el castillo y le dieron mayor protagonismo como ciudad a Calatrava, pero en esos diecisiete años murió gente, soldados y familiares de los moradores de la fortaleza que construyen un pequeño cementerio. “Queremos sacar los restos para saber más de la población que vivió allí después de la batalla”.

Los ritos funerarios musulmanes tienen peculiaridades. Los enterramientos son de cúbito lateral derecho, ligeramente flexionados, y mirando a la Meca. Muñoz aportará la antropología forense para hacer el estudio de estos restos.

 

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