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El cambio climático reducirá entre un 5 y un 10% el agua subterránea en Ciudad Real en 2039

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El tercer ciclo de planificación hidrológica en la cuenca del río Guadiana, conminada por la Unión Europea a recuperar el buen estado de las masas de agua subterráneas de aquí a 2027, tendrá que enfrentarse como nunca a una reducción drástica de las aportaciones por las pocas precipitaciones y el aumento de la temperatura global del planeta.

Se estima que 2039 los acuíferos del Alto Guadiana, en la provincia de Ciudad Real, recibirán entre un 5 y un 10% menos de recarga anual, por los efectos del cambio climático, circunstancia que obliga a reajustar los consumos, en base a cálculos que por primera vez están presentes en el nuevo plan de cuenca del río, todavía en periodo de consulta pública.

La demarcación hidrográfica del Guadiana, “ya en un frágil equilibrio y sometida a un gran número de presiones, verá acentuada esa presión por efecto del campo climático”, recoge el documento síntesis, que desde este diagnóstico describe toda una batería de medidas para prevenir daños.

Límite “inaplazable”

“El límite de alcanzar los objetivos de buen estado de las aguas subterráneas es inaplazable”, afirma Samuel Moraleda, el presidente de la Confederación, que prevé que el nuevo ciclo de planificación esté aprobado la próxima primavera.

Moraleda, que presentó el plan de cuenca en el Salón Internacional del Agua y el Riego celebrado en Zaragoza a finales de octubre, destaca la gran relevancia que tiene el cambio climático en este nuevo ciclo de planificación, enmarcado dentro de un reto más global de transición ecológica amparado por el paraguas del ‘Pacto verde europeo’.

63,5 millones para comprar derechos de riego

La diferencia respecto a otros planes de cuenca es la financiación, “debemos aprovechar este impulso que nos llega a través de los fondos de recuperación europeos”, indica Moraleda. El plan, al que todavía se puede alegar, incluye una partida de 63,5 millones de euros para la compra de derechos de riego con objeto exclusivo medioambiental, además reserva el 10% del agua disponible en el acuífero para alimentar el parque nacional de las Tablas de Daimiel a través de la batería de pozos que ya se ha activado en tres ocasiones para evitar los incendios de turberas.

Límites al aumento del regadío en el Alto Guadiana

La normativa del plan establece también una zona de influencia próxima al parque nacional de las Tablas de Daimiel  en la que estará limitada cualquier modificación de los aprovechamientos que pueda implicar incrementar la extracción de agua, y en general prohibir el incremento de superficie de regadío en todo el ámbito territorial del Alto Guadiana.

El Guadiana, dos cuencas en un río

Moraleda explicó en el Salón Internacional del Agua (Smagua 2021), que reunió a 341 expositores de todo el mundo, la ‘anomalía del Guadiana’, que tiene que ver con tener dos cuencas hidrográficas en una, por un lado la zona occidental (extremeña), y por otro la oriental del Alto Guadiana (en la provincia de Ciudad Real), una cuenca de ríos efímeros y abundancia de masas de agua subterránea fácilmente explotables, que permiten el regadío en más de 300.000 hectáreas y más de 70.000 aprovechamientos, sobre todo agrícolas.

El presidente de la CHG también incidió en este foro del agua en la constante pérdida de niveles piezométricos de las masas de agua subterráneas del Alto Guadiana desde el año 2014, y el reto ambiental de la cuenca, “perseguimos alcanzar el buen estado de las masas subterráneas de las superficiales y de ecosistemas tan valiosos como toda la Mancha Húmeda, incluidas las Tablas de Daimiel y las Lagunas de Ruidera”.

El Alto Guadiana tiene diez masas en riesgo, ocho de ellas con comunidades de usuarios constituidas, programas de actuación, y medidas implantadas, con ajustes en las dos últimos campañas respecto a los usos permitidos.

Contaminación química, medidas hasta 2033

El plan hidrológico contempla además medidas para recuperar las masas de agua de la contaminación química, en este caso el plazo de la directiva marco es hasta 2033, además de otra batería de medidas con 190 millones de euros de inversión destinadas a la restauración fluvial, conservación de cauces y mejora de la continuidad fluvial.

“Se han revisado todos los caudales ecológicos con el fin de dar continuidad fluvial, para mantenimiento de especies y continuidad de hábitats. Tenemos 47 masas estratégicas, y en los 37 embalses también se han establecido unos caudales ecológicos de descarga, el programa contempla su seguimiento”.

También están previstas actuaciones contra la contaminación por vertidos, “más del 50% nuestras masas están afectadas por la contaminación por  vertidos urbanos”, la inversión prevista para mejorar en depuración es 420 millones de euros, con implicación de todas las administraciones.

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