El incendio que se declaró en el pantano de la Ribera de Almadén a las dos y cuarto de este lunes de riesgo extremo de incendios avanza por los términos municipales de Saceruela y Abenójar, arrasando hectáreas y hectáreas de pino y monte que están ardiendo con muchísima velocidad por el viento.
Las llamas, en la finca Doña Inés
Sobre las nueve de la noche el grueso del fuego está en la finca Doña Inés, entre Saceruela y Abenójar, poblaciones desde la que se divisa la enorme humareda. “La sensación es de rabia e impotencia, se quema una zona que ya ardió y que ha tardado años en recuperarse”, explica el alcalde de Saceruela José Fernández, coordinado también con la alcaldesa de Abenójar y a disposición del dispositivo Infocam de extinción de incendios que está asumiendo la tarde más dura de un verano que se preveía malísimo, con tres incendios casi simultáneos e importantes ardiendo a la vez.
“No hay quien pare el fuego”
“No se han escatimado medios, lo estamos viendo, solo que no hay quien pare el fuego con este viento”, asegura Fernández. El alcalde dice que no han parado de sobrevolar helicóptero desde que empezó a arder el monte, mientras que la maquinaria pesada está intentando hacer cortafuegos para detener el avance.
En este incendio han trabajado más de 120 personas toda la tarde y se han movilizado diez aeronaves, según la información oficial de la Consejería de Desarrollo Sostenible. Sobre las nueve, todavía con visibilidad, seguían volando aeronaves sobre este incendio que darán paso al trabajo de los equipos terrestres esta noche.