Icono del sitio

Las últimas lluvias favorecen el desarrollo vegetativo del cereal

Lasltimaslluviasfavo 79165 2026

Las precipitaciones registradas en los últimos meses, alguno con lluvias “todas las semanas”, están favoraciendo el crecimiento de los cereales de invierno en la provincia, con un desarrollo “óptimo” dentro de su ciclo vegetativo, coincidiendo con el ecuador del cultivo. Aunque la primavera “es impredecible” en el ámbito metereológico, según algunos cerealistas de distintas comarcas consultados, los registros hídricos de principios del invierno y los de febrero y marzo (enero fue mas seco) “están cubriendo las necesidades” de estos cultivos herbáceos, con 301.433 hectáreas sembradas en la provincia, tal y como recogen  los datos del Ministerio de Agricultura.

J. Y.
Ciudad Real

Los 30.000 cerealistas ciudarrealeños, que este año han aumentado en un 1% la superficie total de cereales, sobre todo la de trigo blando, ven una campaña prometedora, en un momento en que la planta está “encañando” -en algunas zonas tiene 40 centímetros de altura- y por el momento sin la presencia de hongos y plagas, que suelen provocar una disminución de la producción, como ocurrió en 2016.

Pablo Tapiador, un joven productor de Malagón, celebró las reservas que dejaron las precipitaciones del mes de diciembre (34,2 litros por metro cuadrado), “que han dado humedad a las raíces”, al igual que las lluvias de primavera, “que no llenan los embalses, pero que son buenas para la tierra y el cereal”.

Tapiador, con unas 70 hectáreas de avena y trigo, señaló que “hace  tiempo que no tenemos un  año como este, con una hidratación perfecta para la planta, que está bien nutrida”, aunque reconoció que “igual se fastidia” si suben demasiado las temperaturas y aparecen enfermedades que atacan a las raíces (hongos) o la plaga del mosquito del trigo (mayetiola destructor). En este caso, “la mosca hace una puesta de huevo y luego las larvas se comen las hojas de trigo, cebada o centeno hasta que se convierten en mariposas”, explicó Tapiador, a la espera de que “tengamos una buena primavera” y, por tanto, “un añazo” en la comarca de  Montes Norte.

Con todo, la primavera en Ciudad Real, incidió el presidente local de Asaja, suele ser calurosa “y si no llueve” habrá un final de campaña “malo”

Muy desarrollados

Manuel Carmona, productor de Argamasilla de Alba, coincidió con este análisis, en este caso en la comarca de La Mancha.
“Los cerales no van mal porque acompaña el tiempo”, y si en abril y mayo se mantiene unos índices mínimos de precipitaciones “cerrarán un crecimiento del grano inmejorable”. Desde finales de año, cuando sembró, hasta el inicio de la primavera “ha llovido lo justo para el encañamiento” de los herbáceos, en algunos trigos tempranos “despuntando y muy desarrollados para la época”. 

Buen ciclo

De su lado, Juan Miguel Requena, de Villanueva de la Fuente, reconoció, igualmente, el  desarrollo vegetativo “tremendo”, siempre con la mirada puesta en el cielo, por si “las cosas se tuercen por alguna circunstancia adversa, como heladas o golpes de calor”.

“Los ciclos se están cumpliendo” en el Campo de Montiel, una zona donde los cultivos, en general, se retrasan más respecto a otras comarcas de la provincia por su ubicación y su altitud. En el caso de los herbáceos, el territorio infanteño cuenta con reservas, tanto por las lluvias como por la nevada del 4 de marzo, que dejó entre 35 y 40 litros por metro cuadrado. “La nieve es el mejor riego y el más localizado”, sostuvo el representante de Asaja.

En esta zona hay sembrado mayoritariamente trigo chamorro, que “se adapta a las condiciones climáticas de aquí”, además del trigo marius, la cebada y el yero.

Sobre los precios, Requena aseguró que “son ruinosos y siguen bajando”, debido a la coyuntura internacional. Así, “es espantoso”, se quejó, pues si los costes de producción por hectárea se sitúan en unos 300 euros, la rentabilidad se queda por debajo, ya que el kilo se paga a 0,138 euros y el rendimiento por h es de 2.000 kilos.

Salir de la versión móvil