Los casi 28 litros por metro cuadrado caídos en la localidad durante el pasado lunes han llegado “como agua de mayo al campo daimieleño”, una época en la que, “si cae esta de forma”, es “clave” para el resto del año, según destacaba en los micrófonos de Radio Daimiel el presidente local de Asaja, Ramón Ruiz de la Hermosa.
Especialmente beneficiado ha sido el cultivo del olivar, afectado en su floración por las altas temperaturas del pasado mes de mayo, principalmente en su variedad 'picual'. Estas precipitaciones, “si bien no han salvado por completo la temporada”, sí que propician un mayor engorde del fruto, sobre todo en la variedad 'cornicabra', “que florece después, por lo que no se vio afectada por el calor, y va a llegar a su madurez con una buena cantidad de kilos y calidad optima”.
Así las cosas, es probable que la campaña de recogida se adelante debido al estado de maduración del fruto. Ruiz de la Hermosa esperaba llegar a la recolección de unas 700.000 toneladas a nivel nacional, para cumplir los importantes compromisos de exportación.
Estas lluvias también han sido favorables para la siembra del cereal, así como para la recuperación de la vid tras la vendimia. “Se han solucionado todos los problemas”, considera Ruiz de la Hermosa, que esperaba que este ciclo de lluvias se mantenga porque “un riego de este tipo cada dos meses es muy positivo tanto para los cultivos como para mantener el nivel del acuífero”.