La “luchadora” alma femenina de Almadén ‘Tras el candil’

Cuentan en el cortometraje documental ‘Tras el candil’ que cuando el hombre bajaba a la mina, no se encendía la tele ni la radio en su hogar, donde reinaba un ambiente de respeto, de azarosa espera hasta que regresaba a casa, y e incluso, si el turno era de noche, la esposa no paraba de realizar trabajos y labores durante toda la madrugada hasta que retornaba el marido.

A través de una selección de testimonios de veinticuatro mujeres, el corto ‘Tras el candil’ da voz a la población femenina almadenense en un enclave articulado “para los hombres” desde sus orígenes como sociedad minera, destacó Ana Isabel Trujillo, codirectora de un documental en el que ellas expresan “todo lo que significa ser mujer en Almadén” y que, en concreto, supone “ser luchadora, trabajadora, un pilar fundamental para el mantenimiento y desarrollo de la sociedad y llevar una pena muy grande” por “esa angustia continua de la pérdida”, ya que “los hombres salían de casa pero no se sabía en qué condiciones iban a volver ni si lo iban a hacer”.

El Aula Magna de la Facultad de Letras acogió la proyección de este cortometraje, codirigido por Trujillo, doctora en Antropología; Ana Isabel Gallego Preciados, maestra; Luis Mansilla, ingeniero de Minas; y Ana Isabel Pozo, especializada en Imagen y Sonido; y que recoge las vivencias de 24 mujeres, de 25 a más de 90 años de edad. Filmado gracias al apoyo de la Diputación, la Uned, la Escuela de Ingeniería Minera e Industrial de Almadén y la Asociación de Antiguos Alumnos de Almadén, el corto de 21 minutos y nueve segundos tendrá continuidad posiblemente en un libro ya que cuentan con un amplio material de una hora de grabación de cada una de las participantes, comentó Trujillo.

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El cortometraje describe los sentimientos de las mujeres de Almadén con “un matiz positivo de futuro” / J. Jurado

El título del corto, que quedó finalista en el II Certamen de Cortometrajes de la Diputación de Ciudad Real, hace alusión al específico candil alargado y estilizado que se desarrolló en Almadén, que daba más rendimiento de luz y desde el que, cuando culminaba la jornada, se volcaba el aceite sobrante para que estuviera iluminada las 24 horas la imagen de la Virgen de la Mina, protectora de los mineros, indicó Gallego-Preciados, que resaltó que ‘Tras el candil’ es un trabajo “muy de emociones y sentimientos”, en el que se refleja la valentía de las mujeres, muchas de las cuales se quedaban muy jóvenes viudas o al cargo de un marido con una grave enfermedad profesional a causa de la extracción minera.

Muchas tenían que trabajar limpiando casas, en labores de limpieza de las minas e incluso iban a otras localidades a “comprar y vender en la época del estraperlo”, indicó Mansilla, que resaltó el sufrimiento “duro y complicado” de las mujeres en la superficie, “muy apegadas” al trabajo de maridos e hijos, ante lo que pudiera pasar en el interior de la mina y el esfuerzo con escasos recursos de muchas almadenenses que tuvieron que sacar adelante a sus familias cuando los varones fallecían o caían enfermos.

Además de narrar experiencias “muy tristes”, destacó Trujillo, ‘Tras el candil’ transmite un mensaje de fuerza y esperanza, el de las mujeres que han afrontado esas difíciles situaciones, han logrado tirar para adelante y  también recuerdan la alegría en celebraciones como las del Carnaval o las matanzas, canciones o, por ejemplo, una reunión de amigas para tomar café que se quedó con el nombre de ‘La Moncloa’.

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